«El verano que volvimos a Alegranza» de María Fernández-Miranda

Autora: María Fernández-Miranda

Idioma: Castellano

Género: Saga Familiar / Narrativa

Editorial: Plaza & Janés, 2021

Páginas: 224

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Atravesada por la memoria olfativa y bañada por la luz de Asturias, El verano que volvimos a Alegranza es una novela evocadora que nos recuerda que las buenas historias, igual que los buenos perfumes, siempre son necesarias. Leandra es editora en una revista de moda con sede en Madrid. A sus treinta y cinco años se ha alejado de su marido, ha perdido la ilusión por su trabajo y ha presenciado la muerte de su tía Valentina en circunstancias dramáticas. En busca de respuestas a la crisis existencial en la que se halla inmersa, decide pasar un verano en Alegranza -la casa de indianos que construyó su abuelo Tomás en el pueblo asturiano de Colunga- y aceptar el reto de Jean-Luc Peltier, un prestigioso perfumista al que ha entrevistado: elaborar un perfume que la ayude a definirse a sí misma. Mientras bucea en sus recuerdos de infancia, impregnados de rosa silvestre, hortensia o madreselva, Leandra irá desvelando las distintas capas de secretos que, como los ingredientes de una fragancia, componen la historia de su familia. «Después de la última curva, esa que tantas veces había surfeado de pequeña a lomos de mi bicicleta BH con el cesto de mimbre sujeto entre los manillares, apareció ante mí la silueta de Alegranza, la casa familiar que no pisaba desde hacía por lo menos diez años. Aunque había algunas grietas en el muro y el jardín se había vuelto indómito, con la maleza avanzando a su antojo por la escalera de piedra de la entrada, por lo demás se mantenía más o menos como yo la recordaba, imponente y señorial. La misma fachada soberbia, con los balcones en las tres ventanas principales desde los cuales podía verse el mar en los días despejados, y la misma palmera enorme a la derecha, un poco inclinada, en permanente amenaza de precipitarse sobre el tejado. Detrás de la casa se avistaba la sierra del Sueve, en cuyos picos de tonalidades ocres se quedaban prendidas las nubes. No dejaba de ser una ironía que el abuelo Tomás hubiera bautizado esa casona insertada en un paisaje tan asturiano con el nombre de un islote canario. Según me contó una vez tía Valentina, su padre había viajado en cierta ocasión a Lanzarote y, al contemplar desde lo lejos aquel trozo de apenas diez kilómetros cuadrados de tierra salvaje rodeada de mar, comentó que así se había sentido él al poner rumbo a América: solo y con todo por hacer. Alegranza era su isla conquistada».

María Fernández-Miranda nació en Gijón y vive en Madrid. Ha trabajado en las revistas Elle, Marie Claire y Yo Dona; actualmente ocupa el cargo de subdirectora en Cosmopolitan. Antes de aterrizar en el sector de las publicaciones femeninas ejerció como redactora de información local en el periódico La Nueva España. Es autora del libro de no ficción No madres. Mujeres sin hijos contra los tópicos, a raíz de cuya aparición la invitaron a impartir una charla TEDx que ya ha superado las 175.000 visualizaciones en YouTube. El verano que volvimos a Alegranza es su primera novela.

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía.

Tras leer su libro 'No madres' pensé que si esta autora escribía algo más, fuera lo que fuese, yo lo leería. Y aquí me tenéis reseñando el segundo libro de María Fernández-Miranda, 'El verano que volvimos a Alegranza', una novela que según la propia autora tiene toques de realismo mágico y pasajes propios.

Se trata de una novela corta, pero las buenas historias no tienen que porqué ser interminables o tener un montón de páginas con rodeos innecesarios. Esta historia va al grano tanto que no deja margen a que la mente se distraiga con detalles insignificantes. 

«Hace tiempo que yo había aprendido que no se puede confiar en las personas que no pierden los nervios, de la misma manera que no se puede confiar en quienes siempre logran aparcar el coche a la primera» 

Leandra trabaja en una revista de moda y a sus treinta y cinco años comienza a pensar que se le ha pasado la edad para hacer muchas cosas sobre todo para arriesgarse en la vida. Un día en una entrevista a Jean-Luc Peltier, reputado e inusual perfumista, se enciende una luz dentro de ella y decide solicitar una excedencia en su trabajo y poner fin a su matrimonio. Por otro lado, después de una infausta Nochebuena en la que se origina una tragedia inesperada en su familia, Leandra buscará un poco de luz sobre la historia familiar. Para ello decide regresar a Alegranza, la casa de su abuelo que construyó a su regreso de América; una típica casa de indianos en la que pasaban toda la familia en los días calurosos y brillantes del verano asturiano. 

«En los viajes habituales hay caminos señalizados y, si tenemos dudas, podemos preguntar a los viandantes. En cambio, en el itinerario que conduce a la felicidad, encontrarnos entre mucha gente no es señal de que vayamos bien encaminados: todo lo contrario, significa que nos hemos confundido de carretera. (Séneca)» 

Esta es una versión simplificada de 'enfleurage', una hermosa técnica antigua para extraer aceite esencial de flores delicadas.

Me gusta como escribe esta autora. Su prosa es fresca como el aroma del limón en verano. Presenta la novela en capítulos de corta extensión en primera persona. Será Leandra la narradora de la historia, la que nos defina de dónde viene y adónde va, la que vuelva a su pasado para poder cerrar las puertas y seguir adelante. Pero lo que no sabe es que se mete en un campo de minas. Para conocer su pasado debe volver a Alegranza, ese lugar de realismo mágico y perfumes florales de verano que tanto significó en su infancia.

«Solo entonces comprendí que los callejones sin salida sí que tienen salida; basta con volver sobre tus pasos y regresar al inicio de la calle» 

María Fenández-Miranda presenta una saga de cuatro hermanas y para ello asocia las flores como si fueran las notas de salida de un perfume que compondrá la base principal de la historia de Leandra. Una base que la ayudará a saber quién es y hacía dónde se dirige. Un puzzle que se reconstruye con dolor pero con esperanza hacía el futuro. 

«La clave de la felicidad está en saber adaptarse a cada situación» 

En resumen, es un relato sobre las últimas oportunidades, sobre el rumbo de la vida y la elección del camino correcto. 

Por fortuna para mí, siempre me han gustado las historias de sagas familiares; muero de curiosidad por descubrir los secretos ocultos que se hallan bajo gruesos candados de una gran casa y sobre todo siento fascinación por caserones solariegos o casonas de indianos a orillas del mar en la que se escuchan los gritos de las gaviotas y se puede oler la sal del mar. 

Me ha gustado la historia de esta familia y la portada de esta novela a manos de Helena Toraño es preciosa. Lo único regulero que puedo decir es que la historia pasa muy deprisa, siendo una historia muy corta que tiene bastante más potencial.

Esta novela es un reflejo de la vida, un conjunto de muchos colores, algunos grises pero otros hermosos y deslumbrantes que nos hacen seguir mirando hacia adelante.

«Ellas eran la prueba de que lo que determina nuestras vidas no es tanto lo que nos pasa sino lo que hacemos con eso que nos pasa» 

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«Que disfruten del viaje. Con suerte os llevará a lugares que nunca imaginaron»

#yoleoNovela, ¿y tú?🪶📖