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«Los pistoleros o el caso Hamster: 2 (Tribulaciones y aventuras de Harry Maesnow)» de Fernando Figueroa Saavedra



Autor: Fernando Figueroa Saavedra
Idioma: Castellano 
Publicación: 1 de febrero de 2020
Género: Novela negra 
Editorial: Amazon
Páginas: 348

Abril de 1892. Rabishpool sufre los preliminares de una huelga general. El sindicalista James Hamster cae tiroteado en plena calle a manos de los pistoleros de la patronal y ante la mirada estupefacta de una misteriosa mujer. El agente Harold Maesnow, de guardia esa noche en Menhoodland, tendrá la oportunidad de tirar del hilo y descubrir que no todo es como cuenta la prensa. Mientras tanto, Maesnow tendrá que lidiar con la inoportuna visita de su tío William, con una crisis de pareja que le pondrá al límite de su hombría, y con las chanzas y los feos de sus compañeros, que no le tragan por ser diferente. Tres agobios que apenas lo ayudarán a darse cuenta de que le ha tocado vivir una de las noches más turbulentas y peligrosas de su vida. Un hardboiled cómico-erótico neovictoriano con resonancia social.

                                       


Un autor con chispa.

Fernando Figueroa revisa el género negro con su hard-boiled cómico neovictorino y ofrece una relectura en la que aborda las tramas tragicómicas como retratos sociales e historias de vida, en los que los crímenes constituyen desencadenantes de situaciones en ocasiones disparatadas o esperpénticas. No falta el sentido del humor, hasta cotas cínicas y satíricas, y lo festivo, entre lo picante y lo psicalíptico.


                                      

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía. 

Es difícil no adentrarse en las páginas de esta novela sin pensar que, en el fondo, estamos ante algo más que una simple continuación. Al igual que en la primera parte, La caída o el caso Edipo de Figueroa Saavedra vuelve a crear un mundo que está en el borde del colapso, pero que, como todo caos bien tejido, sigue funcionando, de alguna manera, por el afán humano de buscar respuestas, justicia y, claro, una buena cerveza.

Rabishpool, abril de 1892. La huelga general está a punto de estallar y, en medio de ese torbellino, el sindicalista James Hamster cae muerto en la calle a manos de los pistoleros de la patronal. Este acto desencadenará una serie de eventos que van mucho más allá de una simple conspiración. Al igual que su predecesora, esta novela esconde mucho más bajo la superficie que un caso policial. A través de Harold Maesnow, el detective imperfecto y filosófico, nos vemos atrapados en un escenario donde los hechos no son lo que parecen y la verdad está más oculta que nunca.

Maesnow está viviendo su noche más turbulenta. Entre una crisis de pareja que amenaza su estabilidad emocional, las bromas pesadas de sus compañeros y la inoportuna visita de su tío William, el agente se ve envuelto en una trama de engaños y manipulaciones donde Hamster no es la única víctima. Lo que parecía una simple investigación policial se convierte en un terreno donde todo es relativo, donde las fronteras entre el bien y el mal se diluyen. Y el humor negro que ya caracteriza al autor se deja sentir, quizás con más sutileza que en la primera parte, pero igual de aguda.

Lo que más destaca de esta segunda parte es la evolución de los personajes, particularmente la de Maesnow, quien parece, en esta ocasión, más vulnerable que nunca. Figueroa Saavedra lo ha convertido en un ser complejo: cínico, irónico y, en muchos aspectos, un reflejo de las contradicciones humanas. Molly Grapes, la mujer fuerte y decidida, sigue siendo una de las grandes apuestas de la novela, y sus diálogos con Maesnow son un torrente de fuego que, a veces, es casi un alivio frente a la oscuridad que los rodea.

𝑳𝒂 𝒏𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒕á 𝒊𝒎𝒑𝒓𝒆𝒈𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒂 𝒊𝒓𝒐𝒏í𝒂 𝒔𝒖𝒕𝒊𝒍 𝒚 𝒅𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒐𝒔𝒂que tanto me cautivó en la primera entrega. Figueroa Saavedra sigue utilizando la sátira social, las referencias filosóficas y las capas de humor para dar vida a un relato que, más allá de la resolución del crimen, te hace reflexionar sobre el poder, la justicia, las luchas internas y cómo nos manejamos en un mundo que parece estar siempre al borde del abismo.

En resumen, Los pistoleros o el caso Hamster: 2 no es solo una continuación, sino una expansión del universo de Harry Maesnow. No es un simple caso de detectives; es una exploración de la moral, la política y las relaciones humanas en medio de un caos social.

Lo mejor: la prosa de Figueroa Saavedra sigue siendo á𝒈𝒊𝒍, 𝒊𝒓ó𝒏𝒊𝒄𝒂 𝒚 𝒎𝒐𝒓𝒅𝒂𝒛, mientras nos ofrece una visión única del 𝒉𝒂𝒓𝒅𝒃𝒐𝒊𝒍𝒆𝒅 𝒄ó𝒎𝒊𝒄𝒐-𝒆𝒓ó𝒕𝒊𝒄𝒐 𝒏𝒆𝒐𝒗𝒊𝒄𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂𝒏𝒐. Esta segunda parte es aún más impredecible, más compleja y, a la vez, más humana.

                                           

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔: 

No me voy a mentir, al principio no sabía qué esperar de esta secuela. La primera entrega ya me había sorprendido, pero esta segunda parte me dejó sin palabras. Figueroa Saavedra ha conseguido hacer crecer a su personaje principal, Harry Maesnow, quien, lejos de volverse el típico héroe de novela policial, sigue siendo un hombre lleno de contradicciones, vulnerabilidades y, sobre todo, 𝒖𝒏𝒂 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒐𝒍𝒐𝒓𝒐𝒔𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒍.

Este libro no solo trata de resolver un asesinato; es un análisis de las relaciones sociales, las luchas internas y el conflicto entre el deber y el deseo. Molly Grapes es, para mí, un personaje clave. Aunque muchos podrían ver en ella solo el interés amoroso, es mucho más que eso: es una mujer con ideales y una lengua afilada, capaz de desafiar las convenciones de su tiempo, lo que le da una dimensión única dentro de la novela.

Figueroa Saavedra sigue demostrando su maestría para mezclar géneros. Nos entrega una historia de  𝒉𝒂𝒓𝒅𝒃𝒐𝒊𝒍𝒆𝒅, 𝒉𝒖𝒎𝒐𝒓 𝒏𝒆𝒈𝒓𝒐 y una 𝒑𝒓𝒐𝒇𝒖𝒏𝒅𝒂 𝒓𝒆𝒇𝒍𝒆𝒙𝒊ó𝒏 𝒔𝒐𝒄𝒊𝒂𝒍. Sin duda, es un libro que no te deja indiferente. El humor ácido, las situaciones absurdas y las charlas filosóficas me atraparon. Pero, más allá de las bromas, hay algo profundo que resuena: la sensación de estar atrapados en un mundo que no tiene sentido, pero donde seguimos buscando respuestas, justicia, amor y un poco de paz.

Si disfrutaste de la primera parte, esta secuela no te defraudará. Si eres nuevo en este universo de Maesnow, prepárate para ser arrastrado al caos, con una buena dosis de risas y reflexiones filosóficas entre crímenes y líos políticos.

«Hay algo que no me cuadra. Lo mataron con dos tipos de armas: a cuchillo y a pistola. ¿Para qué dos armas? ¿Por qué destrozarle la cara? Demasiado personal para ser cosas de mafiosos»
           
«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?



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«Los parásitos» de Daphne du Maurier



Autora: Daphne du Maurier
Traducción: Concha Cardeñoso Sáenz de Miera
Fecha de publicación:  14 de mayo de 2025
Categoría: Ficción clásica
Editorial: Alba 
Páginas: 480

Maria y Niall son hermanastros y tienen una media hermana menor, Celia. Criados por una pareja de artistas de éxito (un cantante y una bailarina), han sido niños consentidos, han vivido de gira en gira, acostumbrados al aplauso y al relumbrón de la farándula, sin otra disciplina que «la regla del silencio en el teatro durante los ensayos». Con el tiempo, Maria se ha convertido en una actriz famosa y Niall en compositor de «melodías facilonas» que se bailan y tararean en toda Inglaterra y toda Francia; por su parte, Celia, sin entenderlo como un sacrificio, se ha dedicado a cuidar de su padre –un hombre genial pero caprichoso y exigente– a la hora del retiro. Pero ahora, en una reunión familiar en una casa de campo, el marido de Maria los acusa de ser unos parásitos y ellos se preguntan si realmente, o hasta qué punto, lo son. A partir de esta incierta revelación, la novela alterna magistralmente presente y pasado para revelarnos el curso de tres vidas donde coexisten el valor y la cobardía, el trabajo y la veleidad, el escándalo y el retraimiento. En Los parásitos (1949) Daphne du Maurier puso mucho de su propia vida como hija de artistas e iluminó el mundo bohemio con los detalles más vívidos y las sensaciones más difíciles de captar. Una forma de dormir, un anillo con una piedra azul, una nevada en Londres o un horrible pudin de arroz se cargan de significado en esta historia de lazos familiares, egos invencibles y devaneos eróticos muy lejos de lo convencional.

                                         


Daphne du Maurier Nació en Londres en 1907, hija del actor y empresario Gerald du Maurier y nieta del autor e ilustrador George du Maurier. Educada en familia y más tarde en París, empezó escribiendo cuentos y artículos en 1928 y en 1931 publicó su primera novela, Espíritu de amor. El éxito de Rebeca (1938), su tercera novela, enseguida adaptada al cine por Alfred Hitchcock, le dio fama mundial, y a partir de entonces se convertiría en una de las novelistas más populares del siglo XX. Entre sus otras obras, muchas de ellas llevadas también al cine, cabe mencionar La posada Jamaica (1937; Rara Avis núm. 37), El río del Francés (1941; Rara Avis núm. 42), Monte Bravo (1943), Los parásitos (1949), Mi prima Rachel (1951; Rara Avis núm. 32), Los pájaros (relato incluido en la colección The Apple Tree, 1952), Mary Anne (1954), El chivo expiatorio (1957; Rara avis núm. 49) y La Casa de la Orilla (1969). También escribió teatro y biografías. Vivió la mayor parte de su vida en Cornualles, donde se ambientan muchas de sus novelas. Allí murió en 1989.


𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒉𝒂𝒚 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔, 𝒗𝒐𝒚 𝒂 𝒅𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒎í𝒂

Todo comienza con una cena aparentemente inofensiva. Una conversación cruzada, una frase lanzada con desdén por el marido de Maria: “Sois unos parásitos”. Y así, con esa puñalada emocional, Daphne du Maurier enciende la mecha de una historia que nos lleva al pasado de tres hermanastros marcados por el talento, el arte y una crianza fuera de lo común.

Maria, Niall y Celia no crecieron con normas ni horarios. Sus vidas giraron en torno a los aplausos, las giras, los escenarios, los trajes de lentejuelas y los camerinos en penumbra. Fueron niños mimados por el mundo del espectáculo, educados entre bastidores y alimentados por la idea de que todo lo que importa es el arte… o, más bien, la ilusión del arte.

Ahora, ya adultos, se enfrentan por primera vez a una verdad incómoda: ¿han vivido de los demás? ¿Han hecho algo real con sus vidas? Y lo más inquietante: ¿se han convertido en personas vacías, incapaces de vivir fuera del reflejo de los focos?

Los parásitos alterna pasado y presente con una delicadeza hipnótica. Du Maurier dibuja con su pluma aguda y sensual un retrato del mundo bohemio, donde cada gesto y cada objeto cotidiano –un anillo, una comida, una mirada fugaz– se carga de significado. El talento, el ego, el amor filial, el deseo, el resentimiento: todo se enreda en esta novela brillante y turbia como un espejo antiguo.

Y como siempre en su obra, hay algo que se desliza por debajo de las palabras. Una inquietud. Una sombra. Una pregunta sin resolver.

                                            

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔: 

Este libro me sorprendió. No es el Du Maurier del suspense gótico de Rebeca, pero sí es el de la complejidad emocional, el que disecciona relaciones con bisturí. Me atrapó la ambigüedad de los personajes, lo incómodamente reales que son. A ratos los detesté, a ratos los comprendí. Hay momentos en los que uno se pregunta: ¿y si también yo, en cierto modo, soy un parásito?

La novela tiene una fuerza sutil y constante. No busca el golpe de efecto, sino el desgaste emocional, el roce de una vida que no encaja del todo. Y eso, al final, es mucho más potente.

«Fue Charles el que nos llamó parásitos. Lo dijo de una manera sorprendente, y repentina; era un hombre tranquilo, poco predispuesto a dar opinioes, excepto en las cuestiones más normales y cotidianas; por eso su declaración tuvo el impacta de una explosión» 

«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?



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«Lady Susan» de Jane Austen




Autora: Jane Austen
Traducción: Josep Marco Borillo y Universidad Jaume I
Publicación: 19 de mayo de 2025
Género: Novela Clásica / Romanticá histórica
Editorial: Libros de Seda
Páginas: 192 


Una obra de juventud de Jane Austen, acerca de los modales y costumbres de la época de la Regencia, que deleitará a sus lectoras por su ingenio y la elegancia de su prosa. Hermosa, coqueta y viuda desde hace poco, lady Susan Vernon desea volver a casarse, y que el suyo sea un matrimonio ventajoso. Al mismo tiempo, intenta empujar a su hija a una unión deprimente. En palabras de Natalie Jenner, autora de La Sociedad Jane Austen, lady Susan es «uno de los personajes más engañosos y manipuladores» de todos los creados por Jane Austen.


                                       


Jane Austen (1775-1817) fue una novelista inglesa de la época georgiana. La crítica social que destilan sus historias y su fina ironía la han llevado a convertirse en un clásico de la literatura universal. Escribió seis obras en total, además de algunos relatos en su juventud y multitud de cartas: Sentido y sensibilidad (1811), Orgullo y prejuicio (1813), Mansfield Park (1814), Emma (1815), La abadía de Northanger (1818) y Persuasión (1818). Leyó asimismo a muchos contemporáneos, entre los que se cuentan Maria Edgeworth, Fanny Burney, Daniel Defoe, Laurence Stern y muchos otros. Virginia Wolf dijo de ella que era «la artista más perfecta».


                                      

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía.

𝑼𝒏𝒂 𝒗𝒊𝒖𝒅𝒂 𝒆𝒏𝒄𝒂𝒏𝒕𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂, 𝒖𝒏𝒂 𝒍𝒆𝒏𝒈𝒖𝒂 𝒂𝒇𝒊𝒍𝒂𝒅𝒂 𝒚 𝒖𝒏𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒎𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒍𝒂 𝒑𝒖𝒓𝒐 𝒗𝒆𝒏𝒆𝒏𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍𝒆𝒈𝒂𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒊𝒏𝒈𝒍𝒆𝒔𝒂.

Este año celebramos el 250 aniversario del nacimiento de Jane Austen, y no hay mejor manera de homenajearla que regresando a una de sus obras más mordaces y menos conocidas: Lady Susan. Porque antes de que nacieran Elizabeth Bennet o Emma Woodhouse, ya existía esta viuda implacable, seductora y manipuladora que, con una sonrisa encantadora y una carta bien escrita, podía poner patas arriba cualquier salón de té.

Lady Susan Vernon es un personaje fascinante por lo descarado de su egoísmo. Viuda y madre de una joven tímida y obediente, Susan no solo busca colocarse de nuevo en el mercado matrimonial con la astucia de una estratega experta, sino que además intenta casar a su hija, contra su voluntad, con un hombre soso y conveniente. Y lo hace sin una pizca de culpa, con un descaro que roza lo cómico. Es como si Jane Austen hubiese querido jugar con la idea de una antiheroína vestida de satén y buenas maneras.

Narrada en forma epistolar, la novela es un desfile delicioso de malentendidos, secretos a voces y cuchilladas cubiertas de flores. En pocas páginas, Austen despliega todo su ingenio para construir una crítica feroz, elegante y divertidísima de los códigos sociales de su tiempo.

Y lo mejor: Lady Susan no es ni una víctima ni una mártir. Es un personaje que desborda carisma, inteligencia y una ironía que hace que ames odiarla o que la odies adorándola. Y ahí está la maestría de Austen: hacernos dudar, reírnos incómodamente y volver a la página anterior para releer un comentario afilado con cara de cumplido.

En este año tan especial, Lady Susan es una lectura perfecta para reencontrarnos con la Austen más atrevida, más irreverente y quizá más moderna de lo que nos atrevemos a admitir.

𝑼𝒏𝒂 𝒍𝒆𝒄𝒕𝒖𝒓𝒂 𝒃𝒓𝒆𝒗𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒂𝒇𝒊𝒍𝒂𝒅𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒖𝒏𝒂 𝒄𝒐𝒑𝒂 𝒅𝒆 𝒈𝒊𝒏𝒆𝒃𝒓𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒓𝒐𝒅𝒂𝒋𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒊𝒎ó𝒏: 𝒇𝒓𝒆𝒔𝒄𝒂, 𝒔𝒆𝒄𝒂 𝒚 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒕𝒐𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆 𝒗𝒆𝒏𝒆𝒏𝒐.

     

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔: Confieso que Lady Susan me ha sorprendido más de lo que imaginaba. Acostumbrada a las heroínas adorables de Austen, toparme con una protagonista tan manipuladora y deliciosamente venenosa ha sido un soplo de aire fresco. Me ha hecho reír, arquear la ceja y pensar en cómo Jane Austen, incluso a una edad temprana, ya tenía una capacidad brutal para retratar la naturaleza humana con una elegancia que desarma. Lady Susan es todo lo que no esperamos de una “heroína austeniana”: egoísta, coqueta, ambiciosa... y sin embargo, no puedes dejar de leerla. Y eso es lo brillante. No idealiza, no juzga, simplemente nos presenta a una mujer que juega con las cartas que tiene, en un mundo donde el matrimonio era la única partida posible. Me ha fascinado su ambigüedad, su lengua afilada y lo actual que puede parecer una novela escrita hace más de dos siglos. 

«Si lady Susan estaba feliz o no con su segunda opción, no sé cómo podríamos saberlo con certeza, pues, ¿quién la creería, fuera cual fuera su respuesta?»

«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?




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«Cuentos Completos» de Joseph Roth



Autor: Joseph Roth
Traducción: Alberto Gordo
Ilustración: Arturo Garrido
Género: Cuentos
Páginas: 364 


En apenas dos décadas, Joseph Roth (1894-1939), uno de los escritores en lengua alemana más importantes del siglo xx, diseminó su talento en periódicos y revistas, en centenares de artículos, en novelas canónicas como La marcha Radetzky y Job, y en cuentos magistrales como los que presenta esta edición única en castellano. El volumen incluye las diecinueve narraciones que han llegado hasta nosotros del gran escritor austrohúngaro, entre las que hay varias inéditas en castellano y otras tantas clásicas, en una nueva traducción. De «El alumno aventajado», su primer cuento publicado en 1916, a «La leyenda del santo bebedor», pasando por «El Leviatán», la última parábola de Roth, o «El busto del emperador», su hermoso y melancólico homenaje al imperio perdido. El lector podrá descubrir también cuentos y fragmentos asombrosos, hasta ahora desconocidos, como «Mendel, el aguador», «Carrera» o «La casa rica de enfrente». Y ofrecemos tres piezas de no ficción –una carta y dos artículos– en las que Roth, cosa rara en él, enunció su manera de entender la literatura. Como le dijo a su colega Benno Reifenberg: «Yo dibujo el rostro de la época». La traducción de Alberto Gordo hace justicia al peculiar ritmo de la prosa de Joseph Roth, que dijo de sí mismo: «Solo sé escribir bien y rápido». De ahí lo afilado de su prosa, a veces telegráfica, siempre precisa, a menudo sin ornamentos, pero capaz del lirismo más puro y conmovedor.


                                       


Joseph Roth (Brody, 2 de septiembre de 1894 - París, 27 de mayo de 1939) fue un novelista y periodista austríaco de origen judío. Escribió Fuga sin fin, La leyenda del santo bebedor, La cripta de los capuchinos o La rebelión. Su obra más conocida es La marcha Radetzky, que describe el ocaso del Imperio austrohúngaro. Considerado uno de los mayores escritores centroeuropeos del siglo xx, formó parte de la literatura del exilio provocado por el nazismo. Gozó de gran éxito en vida y su obra fue ampliamente reconocida también de forma póstuma.


                                      

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía.

𝑱𝒐𝒔𝒆𝒑𝒉 𝑹𝒐𝒕𝒉: 𝒆𝒍 𝒓𝒐𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 é𝒑𝒐𝒄𝒂 𝒆𝒏 𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒏𝒖𝒆𝒗𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔

Hay autores que no solo narran historias, sino que retratan el espíritu de su tiempo. Joseph Roth fue uno de ellos. Con Cuentos completos, tenemos entre manos no solo una joya literaria, sino una cápsula del alma centroeuropea del siglo XX, entre imperios que se desmoronan y nostalgias que aún arden bajo la piel de los que recuerdan.

Este volumen, cuidadosamente traducido por Alberto Gordo y con bellas ilustraciones de Arturo Garrido, es un homenaje y un rescate. Reúne diecinueve relatos que atraviesan casi toda la vida literaria de Roth: desde El alumno aventajado, escrito cuando apenas tenía 22 años, hasta El Leviatán o La leyenda del santo bebedor, su cuento más celebrado, publicado poco antes de morir en 1939.

Leer estos cuentos es como abrir una ventana a la vieja Europa, la de los cafés vieneses y los trenes que cruzaban países que ya no existen. Roth escribe con una mezcla perfecta de sencillez y profundidad. Su estilo es como un bisturí afilado: breve, preciso, cortante… y, sin embargo, profundamente humano. Hay en sus páginas funcionarios cansados, bebedores melancólicos, soldados sin guerra, patrias perdidas, sueños truncados, milagros discretos y fe que sobrevive en la miseria.

Uno de los relatos más poderosos es El busto del emperador, donde el recuerdo del Imperio Austrohúngaro se convierte en símbolo de un mundo que se resiste a morir del todo. Y luego está Mendel, el aguador. Un fragmento una pequeña pieza desconocida hasta ahora en castellano, que brilla por su humanidad silenciosa. Roth no necesita grandes fuegos artificiales para conmover. Solo necesita una frase bien dicha, una mirada perdida, una ciudad al fondo.

 «En la antigua Galitzia Oriental, en lo que hoy es Polonia, muy lejos de la única ruta ferroviaria que conectaba Przemysl con Brody, está la aldea de Lapatyny, de la cual me propongo a contar a continuación una curiosa historia»

La edición no solo se siente como un acto de justicia literaria, sino como una invitación a detenernos, a leer con pausa, como se leía antes. Las ilustraciones de Garrido acompañan con un trazo elegante, y las tres piezas de no ficción incluidas (una carta y dos artículos) nos dejan entrever la mirada del autor sobre su oficio: “Yo dibujo el rostro de la época”, decía. Y eso hace, con dolor, con ironía, con lirismo.

Si nunca has leído a Roth, este libro es una puerta perfecta. Si ya lo conoces, es un reencuentro íntimo y necesario. Porque en cada cuento suyo hay una melancolía que no caduca, una verdad que sigue resonando, y una voz que, aunque se escribió hace casi un siglo, sigue diciéndonos algo hoy.

Recomendado para:

  • Quienes aman la literatura que nace del desarraigo.
  • Lectores de Zweig, Kafka o Musil.
  • Amantes de los relatos que caben en pocas páginas pero se quedan para siempre.


     

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔: Leer los Cuentos completos de Joseph Roth ha sido como caminar por una ciudad antigua al atardecer: hay belleza, pero también una sombra larga que lo cubre todo. Me he sentido tocada por esa melancolía sutil que no busca compadecerse de nadie, sino simplemente mostrar las grietas del alma humana.

Roth tiene ese talento que admiro profundamente: contar mucho con muy poco. No necesita adornos ni fuegos artificiales. Su voz es sobria, a veces casi susurrada, pero cada palabra cae con el peso de lo esencial. Me ha conmovido más de una vez, especialmente con La leyenda del santo bebedor (ese final…), y El busto del emperador, que es pura nostalgia hecha literatura.

Lo que más valoro de esta edición es la sensación de tener entre manos no solo un libro, sino una pieza de historia. Leerlo es entender mejor un mundo que ya no existe, pero cuyas heridas siguen abiertas. Y, aunque a ratos sientes que todo está perdido, Roth siempre deja una rendija de esperanza, o al menos de ternura.

¿Es un libro para todos los públicos? Quizá no. Hay que leerlo con pausa, con la disposición de escuchar y no solo de avanzar. Pero si entras en su ritmo, Roth te atrapa y no te suelta.

Si eres de los que buscan libros que te dejen pensando días después de cerrarlos, este es uno de esos.

«Mendel era un aguador judío. Vivía en una pequeña ciudad de Galitzia, junto a la frontera rusa»

«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?




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«El siglo del milagro» de Rodrigo Costoya Santos

 

Autor: Rodrigo Costoya Santos
Idioma: Castellano
Fecha de publicación: 24 de febrero 
Categoría: Ficción histórica
Editorial: Pàmies
Páginas: 528

De milagros fantasiosos Cuentan que Compostela nació cuando Paio, el eremita, fue guiado por unas luminarias misteriosas hasta la tumba del apóstol Santiago. De ahí el nombre de Campus Stellae. Y también que el rey Alfonso II fue el primer peregrino de la historia. Y que comenzó así una afluencia masiva de caminantes que no ha cesado hasta nuestros días. Una increíble sucesión de milagros, ¿verdad? Pues lamento decir que todo esto es mentira. Una leyenda, nada más. Una fantasía. La Compostela primigenia En los primeros tiempos, en torno a un sepulcro sin identificar no había nada más que un burgo modesto y una pequeña iglesia. El propio Vaticano desmintió que esa pudiera ser la tumba de Iacobus, e incluso algún obispo llegó a ser excomulgado por defender esa tesis. Un milagro tangible Es en 1068 cuando nace Diego. Él hizo de Compostela una archidiócesis, y creó la catedral más fastuosa del mundo. Él coronó reyes y entronizó papas, ordenó escribir los códices más maravillosos y puso a la insignificante Compostela a la altura de Roma y de Jerusalén. Él creó el Camino de Santiago, y en torno a él forjó Europa. Esta es su historia, y es real. Esto es lo que construyó en el siglo del milagro. Hasta ahora conocías la leyenda. Ahora descubrirás la verdad.

                                         
El autor Rodrigo Costoya Santos nació en Torrelavega en 1977. Es profesor de Educación Física licenciado por el INEF Galicia, donde también se doctoró. Ha desempeñado cargos directivos y ejercido otras funciones tanto dentro como fuera de la educación pública. Tras publicar obras de carácter técnico en relación a su carrera profesional, Costoya Santos comenzó a explorar el campo de la narrativa. Su primer libro, Portosanto. El enigma de Colón, dio inicio a la trilogía De luz y tinieblas, ambientada en la Edad Media y que aborda la lucha del ser humano contra la oscuridad a lo largo de la historia. Con su segunda novela, El custodio de los libros, Costoya Santos ganó el IX Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda (2020), quedando finalista del Premio de Novela Torrente Ballester (2018).




𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒉𝒂𝒚 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔, 𝒗𝒐𝒚 𝒂 𝒅𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒎í𝒂

 

Hay novelas que reescriben la historia. Otras, como El siglo del milagro, hacen algo más audaz: la rescatan de la niebla de la leyenda para devolverle su forma original, más humana, más compleja y mucho más fascinante.

Rodrigo Costoya lo ha vuelto a hacer. Ya me había atrapado con Portosanto, donde ponía en duda lo que creíamos saber sobre Colón. Y con El custodio de los libros me demostró que la historia no solo está en los archivos, sino también en las manos que la escribieron, la protegieron y la hicieron sobrevivir. Pero con El siglo del milagro ha ido un paso más allá. Aquí no hay teorías, sino un relato poderoso, erudito y narrado con el alma.

¿Y de qué milagro hablamos? No del de unas estrellas guiando a un pastor, ni del descubrimiento casual de una tumba sagrada. El verdadero milagro fue levantar Compostela del polvo medieval y convertirla en una capital espiritual, política y cultural a la altura de Roma o Jerusalén. Y todo esto lo logró un hombre: Diego Gelmírez.

No es un santo, ni un mártir. Es un estratega brillante, un diplomático feroz, un constructor de ideas. Y en manos de Costoya, es también un personaje literario vibrante, que respira, que duda, que lucha contra reyes, contra papas, y contra el tiempo.


La novela no solo narra. Esculpe. Esculpe una época, una ciudad, un legado. Esculpe el barro político, eclesiástico y humano del siglo XI para mostrarnos cómo se construyó lo que hoy damos por sentado: el Camino, la Catedral, Compostela misma.

El siglo del milagro no se lee como una lección de historia. Se vive como una gran novela. De esas que te hacen googlear nombres, volver a los mapas, y cerrar el libro con la sensación de que sabes un poco más de quién eres y de dónde vienes.

Y si esta es tu primera vez con Rodrigo Costoya, enhorabuena: te queda un universo por descubrir. En el blog puedes leer mis reseñas de Portosanto y El custodio de los libros. Spoiler: todas merecen un hueco en tu estantería.

𝑷𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒂𝒚 𝒍𝒆𝒚𝒆𝒏𝒅𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂́𝒏 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒔𝒆𝒓 𝒄𝒖𝒆𝒔𝒕𝒊𝒐𝒏𝒂𝒅𝒂𝒔. 𝒀 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔, 𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅 𝒆𝒔 𝒂ú𝒏 𝒎á𝒔 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓𝒐𝒔𝒂.
                                            

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔: 

Hay novelas históricas que entretienen. Otras que informan. El siglo del milagro hace ambas cosas, sí, pero va mucho más allá: 𝒕𝒆 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒑𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒖𝒏 𝒕𝒉𝒓𝒊𝒍𝒍𝒆𝒓 𝒚 𝒕𝒆 𝒆𝒎𝒑𝒂𝒑𝒂 𝒅𝒆 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒖𝒏 𝒄ó𝒅𝒊𝒄𝒆 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐. Rodrigo Costoya no solo narra hechos, los vivifica. Me encontré pasando las páginas con ansiedad, queriendo saber más sobre Diego Gelmírez, un personaje real del que sabía muy poco y que terminó pareciéndome de una modernidad pasmosa.

No es solo la reconstrucción minuciosa de una Compostela que todavía no era Compostela, es el vértigo de ver cómo la ambición, la inteligencia y la estrategia pueden cambiar el curso de la historia. La Compostela mágica de leyenda da paso aquí a una 𝒄𝒊𝒖𝒅𝒂𝒅 𝒇𝒓𝒂𝒈𝒖𝒂𝒅𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒅𝒐𝒓, 𝒕𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓. Y eso, para mí, la hace aún más fascinante.

Ya había leído a Rodrigo con Portosanto. El enigma de Colón y El custodio de los libros (de los que también hay reseña en el blog, por cierto), y tenía claro que volvería a él. Pero esta novela me ha impresionado de una forma distinta: no es solo brillante en lo narrativo, 𝒆𝒔 𝒗𝒂𝒍𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆 en su enfoque. Desmonta mitos, pone nombres y da contexto. Y eso es lo que más valoro cuando me acerco a una historia real: que me despierte preguntas, que me invite a investigar y que, al cerrarla, sienta que he crecido como lectora y como curiosa de la historia.

Una lectura absorbente, inteligente y apasionada. Y, como buena historia, también necesaria.

«Nueve décadas de trabajo a cargo de los mejores artesanos, de los escultores más siblimes ylos contructores más excelsos habían dado como resultado un edificio que no admitía comparación el todo el mundo» 

«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?







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«El misterio del sombrero de copa» de Ellery Queen



Autor: Ellery Queen
Redactor: Manuel Navarro Villanueva
Traductor: Tino Navarro Villanueva
Género: Novela policíaca/ Golden Age / Novela Clásica
Editorial: Who Editorial
Páginas: 244


Ellery QueenUn asesinato en plena función. Un sombrero desaparecido. Un dúo inigualable tras la pista del crimen.El Teatro Roman está lleno hasta los topes para la representación de Disparos!, pero el verdadero drama tiene lugar entre el público. Monte Field, un abogado de reputación dudosa, aparece muerto en su butaca, envenenado sin que nadie haya visto nada. Sin embargo, lo más inquietante es que su sombrero de copa ha desaparecido.¿Por qué alguien se tomaría la molestia de llevarse un objeto tan aparentemente trivial?El inspector Richard Queen, con su veteranía y olfato para el crimen, se enfrenta a un caso que desafía la lógica. Su hijo Ellery, un joven brillante y meticuloso, se convierte en su mayor estímulo. Pero cuanto más avanzan en la investigación, má ...

                                       

Claramente inspirado en el detective aficionado Philo Vance, creado por S.S. Van Dine, el detective Ellery Queen hace gala de buen gusto, distanciamiento y sentido del humor. Resuelve sus casos generalmente con ayuda de su padre, el inspector Richard Queen, de la Brigada de Homicidios neoyorquina, constituyendo una pareja entrañable y cómica. Sus novelas ―a menudo obras maestras del ingenio y la emoción― suelen contener elementos característicos, como el mensaje del moribundo, la evocación al pasado que regresa para vengarse o los elementos terroríficos y góticos. También es común en sus obras el «desafío al lector», con el que los autores, hacia el final de la novela, rompen la cuarta pared para involucrar al lector en la resolución del caso, dejando constancia de que ya se han introducido todas las pistas necesarias. Con una amplia producción personal entre 1929 y 1970, entre la producción de los autores destacan la serie de novelas conocida como Ciclo de New York, como The Roman Hat Mystery, The Egyptian Cross Mystery o El misterio de los hermanos siameses (The Siamese Twin Mystery, 1933).


                                      

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía.

𝑼𝒏 𝒂𝒔𝒆𝒔𝒊𝒏𝒂𝒕𝒐 𝒂 𝒑𝒍𝒆𝒏𝒂 𝒗𝒊𝒔𝒕𝒂, 𝒖𝒏 𝒔𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆𝒓𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒂𝒑𝒂𝒓𝒆𝒄𝒊𝒅𝒐… 𝒚 𝒖𝒏 𝒅𝒆𝒕𝒆𝒄𝒕𝒊𝒗𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒏𝒔𝒂 𝒎á𝒔 𝒓á𝒑𝒊𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒕ú.

Hay crímenes que ocurren en la oscuridad. Y hay otros que tienen el descaro de suceder ante cientos de ojos… sin que nadie vea nada.

Así empieza esta historia: con un asesinato en mitad de una obra de teatro, un sombrero de copa que desaparece y una pregunta que me persiguió durante días —¿puede lo más trivial convertirse en la clave de un crimen perfecto?

Lo empecé una noche en la que me costaba dormir. No sabía qué buscaba, pero sí lo que no quería: otra novela policiaca predecible.

Me bastaron dos capítulos para darme cuenta de que esto era otra cosa. Algo clásico, sí, pero con una inteligencia tan punzante que te obliga a leer con los cinco sentidos despiertos. Me recordé a mí misma jugando al Cluedo de niña, pero con un cóctel entre las manos y muchas más sospechas en el aire.

Lo que me fascinó no fue solo la trama, milimétrica, tensa, sin una palabra de más, sino la dinámica entre el inspector Queen y su hijo Ellery.

Me hizo pensar en esa clase de relaciones donde uno aporta la intuición y el otro el método, el oficio frente a la mente analítica.

Ellery no es un detective de acción, sino de pensamiento. Y eso, para una lectora que adora que la hagan dudar hasta el final, es un regalo.

«Queda otro punto por considerar en este análisis preliminar del sombrero de copa desaparecido. Y, caballeros, puede muy bien convertirse en una consideración fundamental antes de que terminemos. Es de suma importancia para nosotros saber si el asesino sabía de antemano que sería necesario quitarle el sombreroa Monte Field. En otras palabras, ¿conocía el asesinode antemano el significado del sombrero, sea cual sea?» 

El teatro como escenario del crimen es un golpe de genialidad. Todo está lleno de focos, bambalinas y dobleces: los actores fingen, el asesino también.

Y el detalle del sombrero de copa… Qué brillante. Lo que falta es lo que guía toda la historia. No hay persecuciones ni disparos, pero sí una coreografía de pistas que se van encajando con el ritmo de un acto bien ensayado.

Los diálogos, por cierto, tienen ese punto irónico y elegante que adoro: parecen más propios de una partida de ajedrez verbal que de un interrogatorio policial.

Este libro no es solo una novela de misterio: es un homenaje a la inteligencia narrativa. A los pequeños gestos, al arte de mirar donde nadie más mira.

Lo terminé de madrugada, cerrando el libro con una sonrisa cómplice y esa sensación de haber estado todo el rato a un paso del asesino… sin haberlo visto venir.

¿Os ha pasado alguna vez que un simple detalle, un objeto olvidado, una ausencia aparentemente banal, os haya hecho sospechar que ahí estaba la clave?

Y si os atrevéis a leerlo… decidme: ¿lo descubristeis antes que Ellery?

     

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔:  

Este libro me recordó por qué amo los misterios bien hechos. No hay necesidad de sangre, ni de asesinos en serie. Solo hace falta una mente afilada, una pregunta incómoda, y un autor que confíe en la inteligencia del lector.

¿Me enganchó? Muchísimo. ¿Me frustró? También, porque llegué a pensar que lo tenía todo resuelto… y Ellery me desarmó en la última jugada.

Es de esos libros que lees con una ceja levantada y una libreta mental donde apuntas sospechas, pistas, contradicciones. Y cuando lo terminas, quieres volver atrás, no para releerlo… sino para ver si fuiste tan ciego como creías. Spoiler: sí.

Una joyita del género clásico que no envejece mal, al contrario: te hace desear que más autores se atrevieran a apostar por la sutileza en lugar del shock.

«Menudo complot más maquiavélico»

«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?




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