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«Fantástica historia de amor» de Sophie Divry


Autora: Sophie Divry
Traducción: Íñigo Jáuregui
Publicación: 23 de junio de 2025 
Género: Ficción Contemporánea
Editorial: Nórdica Libros
Páginas: 432 


JáureguiPremio a la Mejor Novela para el Verano de France Bleu y las Librerías independientes de Francia.

Bastien, inspector de trabajo en Lyon, debe investigar un accidente: un trabajador de una empresa de tratamiento de residuos ha muerto aplastado por una compactadora. Maïa, periodista científica, acude al CERN, el prestigioso centro de investigación nuclear de Ginebra, para escribir un artículo sobre el cristal centelleador, un nuevo material cuyas propiedades desconciertan a sus inventores. Bastien se entera de que el accidente fue en realidad un homicidio. Maïa descubre que el experimento salió mal. Su tía, física en esa importante institución europea, le pide ayuda para deshacerse de este cristal que se ha vuelto tóxico… Esta deslumbrante novela que toma prestados los códigos del thriller es también una historia de amor: el inesperado encuentro de un hombre solitario y una mujer que ha hecho de su independencia una muralla.


                                       

(Montpellier, 1979). 

Activista de los movimientos feministas, ha ejercido el periodismo en publicaciones como La Décroissance y Le Monde Diplomatique. En sus cuatro novelas, Divry ha sometido a crítica diferentes aspectos de la sociedad del momento: explora la soledad en Signatura 400, las creencias religiosas en Journal d’un recommencement, la insatisfacción cotidiana en La condition pavillonnaire. Es reconocida como una de las novelistas más destacadas de la nueva generación de narradores franceses.

                                      

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía. 

Lo fascinante de Fantástica historia de amor es que nunca sabes del todo qué estás leyendo: ¿un thriller? ¿un romance? ¿un retrato de soledades? En realidad, es todo eso a la vez.

Sophie Divry juega a mezclar géneros, atmósferas y registros con una naturalidad sorprendente: empieza como un thriller con tintes científicos, sigue como una intriga social y termina siendo, sí, lo que promete el título, una historia de amor. Pero no de esas que se adivinan a kilómetros, sino de las que se construyen paso a paso, con silencios, resistencias y el vértigo de lo inesperado.

La trama se abre con dos hilos aparentemente inconexos. Por un lado, Bastien, inspector de trabajo en Lyon, investiga la muerte de un operario en una planta de tratamiento de residuos. Lo que parece un accidente se revela pronto como homicidio, y el hallazgo abre un abanico de sospechas sobre intereses ocultos y prácticas empresariales turbias.

Por otro lado, Maïa, periodista científica, viaja al CERN para cubrir un proyecto revolucionario: un cristal centelleador que podría transformar el futuro de la investigación nuclear. Sin embargo, lo que encuentra es un experimento fallido, un material convertido en amenaza, y la petición desesperada de su tía, física en el instituto, para deshacerse de aquello que nunca debió salir de los laboratorios.

Cuando ambos mundos colisionan, lo que surge no es solo el cruce de dos investigaciones, sino el encuentro entre dos personajes aparentemente opuestos: Bastien, un hombre marcado por la soledad y la rutina, y Maïa, una mujer que ha hecho de su independencia una coraza. El choque entre ellos no resulta inmediato ni previsible: es áspero, lleno de dudas, pero también profundamente humano.

Lo más fascinante de esta novela es cómo Divry logra que la tensión de un thriller científico conviva con la intimidad de una historia de amor. El suspense no desaparece, los intereses económicos, las conspiraciones y el misterio del cristal sostienen el pulso narrativo, pero en medio del peligro late una pregunta esencial: ¿qué pasa cuando alguien irrumpe en tu vida y la tambalea justo cuando habías aprendido a vivir en soledad?

El estilo de Divry es ágil, pero nunca superficial. La autora trenza diálogos tensos con descripciones precisas, alternando lo técnico con lo íntimo, lo colectivo con lo personal. Hay momentos que parecen sacados de un informe periodístico, y otros que rozan la confesión íntima. Esa oscilación es la que da a la novela su carácter único.

En definitiva, Fantástica historia de amor es mucho más que un thriller disfrazado de romance o una historia romántica envuelta en conspiraciones científicas. Es un relato sobre dos personas que se encuentran en medio del caos, y que descubren que la mayor revolución, más allá de la ciencia o la justicia, puede ser simplemente dejarse afectar por el otro.

                                           


Aquí va mi opinión personal, sin filtros:

Esta novela me atrapó porque lo tiene todo: ciencia, misterio, suspense… y una historia de amor que no se ve venir, pero que, cuando llega, golpea fuerte. Confieso que lo que más disfruté fue el choque de personalidades entre Bastien y Maïa: él, gris y metódico; ella, independiente hasta la terquedad. Y ver cómo, poco a poco, esas murallas se resquebrajan me pareció más emocionante que cualquier giro de la trama.

Me encantó cómo Sophie Divry maneja lo científico sin convertirlo en un muro inaccesible para el lector. Habla de cristales, experimentos y conspiraciones, sí, pero con un pulso narrativo que nunca te deja fuera. A ratos parece que estás leyendo un thriller a lo Michael Crichton; en otros, una novela intimista francesa. Y esa mezcla es un gustazo.

Si tengo que ponerle un “pero”, sería que en algunos pasajes la parte técnica puede hacerse un poco densa. Pero a mí eso me dio igual, porque lo importante, lo que se queda contigo, es el viaje de dos personajes que no esperaban encontrarse y que terminan descubriendo que quizá, solo quizá, no estaban tan condenados a la soledad como pensaban.

Lo terminé con esa sensación de haber leído algo distinto, de esos libros que no encajan del todo en una etiqueta y que por eso funcionan tan bien.

«Es una de las reglas básicas no llegar nunca el primero. El primero que llega a una fiesta es un perdedor»
           
«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?


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«La habitación alemana» de Carla Maliandi



Autora:Carla Maliandi
Idioma: Castellano
Publiación: 2 de octubre 2024
Género: Ficción Contemporánea
Editorial: Barrett
Páginas160

La habitación alemana consigue contar, con extrañeza y distanciamiento, la historia de un personaje paralizado en un paréntesis en su vida. La protagonista, una treintañera de la cual desconocemos su nombre, viaja a Heidelberg, ciudad cargada de recuerdos familiares y ecos del pasado, y allí se enfrenta a situaciones tan absurdas como trágicas, sin lograr entender su propio papel dentro de ellas, hasta un final extraño a la vez que inolvidable. Este es el extraordinario debut de Carla Maliandi, una «novela de no aprendizaje», sin moraleja ni crecimiento personal (porque tú también odias los libros de autoayuda, ¿verdad?). «La habitación alemana fue un disfrute mientras la escribía. Escribir sin pensar en publicar es una bendición».

                                       
La argentina Carla Maliandi (1976) es dramaturga, escritora, directora teatral y docente. Cursó grado y posgrado de Actuación en la Universidad Nacional de las Artes, en Buenos Aires. Su primera novela, La habitación alemana, nació en talleres literarios impartidos por Julián López y Selva Almada. Fue publicada originalmente en su país por la editorial Mardulce en 2017, ha sido traducida al inglés, francés, alemán, portugués, se han vendido sus derechos cinematográficos y fue nominada para el Premio Liberaturpreis de la Feria del Libro de Frankfurt. Su segunda novela, La estirpe (Random House, 2021), fue una de las finalistas del Premio Fundación Medifé Filba y también se va a traducir al inglés y al portugués. Como dramaturga ha escrito y dirigido siete obras y ha participado en múltiples festivales a nivel nacional e internacional. Actualmente es profesora de escritura en la Universidad Nacional de las Artes.

                                      
Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía. 

Hay libros que no vienen con lecciones de vida ni frases de taza motivacional, y menos mal. La habitación alemana es de esos: una historia que no quiere ser terapia ni manual de autoayuda (¡gracias, Carla, por ese regalo!), sino un viaje extraño y magnético que se lee casi de un tirón.

Aquí seguimos a una protagonista sin nombre, y eso ya dice mucho, una treintañera que huye de su vida en Buenos Aires y se planta en Heidelberg, ciudad de su infancia. ¿Con qué se encuentra? Con un edificio de habitaciones baratas, personajes rarunos que entran y salen, y la incomodidad de estar en un sitio que no acaba de ser suyo. 

Lo curioso es que mientras lees no esperas moralejas, pero sin querer te descubres pensando en tus propias fugas, en esos momentos en los que todos quisiéramos pulsar el botón de reset. A veces la narración es tan gris como un invierno alemán, otras veces surrealista, casi absurda, y en otras hasta cómica. Esa mezcla es lo que hace que no quieras soltarlo. 

Carla Maliandi escribe con una voz honesta, que no busca adornos innecesarios. Y eso engancha. Es como si te sentaras a escuchar a una amiga que te cuenta algo raro que le pasó… y de pronto te das cuenta de que estás metidísimo en su relato. 

                                           

Aquí va mi opinión personal, sin filtros:

Esta novela me atrapó porque no promete nada y, sin embargo, lo da todo. No busca enseñarte, pero te remueve. Es rara, áspera, humana y muy, muy adictiva. Yo no sé si la protagonista encontró respuestas en Heidelberg, pero yo encontré una lectura de esas que se quedan rondando en la cabeza y que vuelves a recordar en momentos insospechados.

Quizá, y lo digo con un “quizá” muy grande, el único “pero” que algunos lectores podrían ponerle es que está escrita en argentino. Hay quien puede sentirse algo incómodo o incluso cansado con ciertos giros idiomáticos. A mí, en cambio, me ocurrió lo contrario: ese detalle me metió aún más en la historia. Sentí que la voz de la narradora era completamente real, como si estuviera leyendo una carta escrita solo para mí. Esa cercanía, ese tono íntimo y directo, hizo que la lectura me resultara todavía más verosímil y emocionante.

Y ese final… ¡ay, ese final! Tan inesperado, tan poco convencional, que no lo vi venir, pero cuanto más lo pienso, más creo que no podía haber otro mejor. O quizá sí… 

En definitiva, La habitación alemana no es una historia que busque moralejas ni grandes respuestas, pero sí es una experiencia literaria honesta y profundamente humana.

«No existe mejor cosa en el mundo en este momento que la soledad de mi cuarto alquilado, mi guarida europea sin lujos pero llena de confort, los fuertes postigos de la ventana, el edredón blanco, la almohada impecable»
           
«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?


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«El departamento de vestuario» de Elaine Garvey



Autora: Elaine Garvey
Traducción: Laura Vidal
Publicación: 14 de mayo de 2020
Género: Contemporánea 
Editorial: Alba 
Páginas: 204

«Londres. Donde nadie dice las palabrotas con alegría. Luces fluorescentes que me taladran los ojos en el metro. Mirar al cielo y desear que fuera el mar. Dos horas de viaje a cualquier sitio. Fatiga constante. Pero donde era fácil perderse. Una maravillosa forma de desaparecer.»

Mairéad ha dejado atrás Irlanda y su modesta familia para tratar de prosperar en Londres, una gran ciudad que no le gusta y en la que se pierde demasiado a menudo. Comparte piso con dos chicas que no le caen muy bien y pasa sus días haciendo recados, arreglando cremalleras y lavando ropa interior a mano en el departamento de vestuario de un teatro pequeño y anticuado del West End. Allí tiene que lidiar con un productor despótico y la pasividad de unos compañeros que la ven como una irlandesa borde, quejica y pueblerina. 

El departamento de vestuario, primera novela de Elaine Garvey, mejor debut de 2025 según el Financial Times, transcurre en apenas una semana, tiempo suficiente para que Mariéad descubra lo que nunca quiso saber de su familia y se dé cuenta de hasta qué punto está atrapada entre dos mundos, quizás para siempre. Para colmo, esa semana fatídica coincide con los días que Inglaterra vive ensimismada y conmocionada por la muerte de la reina madre.

                                       


Nació en el condado de Sligo, en Irlanda. Cursó un máster en Escritura Creativa en el Trinity College de Dublín y recientemente ha sido seleccionada en un programa de renta básica para artistas del Irish Department of Arts. Ha publicado algunos relatos en distintas revistas. El departamento de vestuario es su primera novela.

                                      

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía. 

Londres no es un lugar fácil. Llueve casi siempre, el metro está tan lleno que parece una lata de sardinas, y aunque camines rápido, siempre llegas tarde a algún lado. En medio de todo ese caos está Mairéad, una chica irlandesa que dejó su casa y su familia para buscar su lugar en esta ciudad que no la recibe con los brazos abiertos. Londres es fría y distante, y ella se siente un poco perdida.

Mairéad trabaja en el departamento de vestuario de un teatro pequeño y viejo en el West End. Allí pasa los días arreglando cremalleras, lidiando con medias rotas y con un jefe que no parece tener ganas de ayudar a nadie. Sus compañeras de piso no son sus amigas, y ella siente que no pertenece ni aquí ni allá. Está atrapada entre dos mundos, sin saber bien dónde encaja.

La historia ocurre en solo una semana, pero qué semana: justo cuando muere la reina madre y todo el país está en luto, Mairéad tiene que enfrentar secretos familiares que no esperaba. Es una semana en la que su pasado y su presente chocan, y donde comienza a entender más sobre quién es y quién quiere ser.

Elaine Garvey escribe con mucha verdad y sin rodeos. Londres se siente gris, a veces incómodo, pero también real. Hay momentos divertidos, con ese humor que te saca una sonrisa cuando menos lo esperas. Los personajes parecen de verdad, y casi puedes imaginar el olor del teatro y la humedad del aire.

Esta novela no es solo sobre una chica en una ciudad grande, es sobre encontrar tu lugar y no perderte a ti mismo en el proceso. Tiene momentos difíciles, sí, pero también mucha ternura y humanidad. Al final, te deja con ganas de seguir buscando tu propio camino, aunque sea un poco complicado.

                                           

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔: 

Leer El departamento de vestuario ha sido como tomar un café muy fuerte en una cafetería donde no te ponen azúcar, aunque se lo pidas. Me he sentido un poco como Mairéad: perdida, un poco enfadada con todo, pero con ganas de seguir adelante para ver qué pasa. Me recordó a esas semanas grises que todos tenemos, cuando todo parece mucho más difícil y te preguntas, “¿y yo qué hago aquí?”.

Lo que más me gustó es que no es una historia dulce ni perfecta. No hay grandes soluciones mágicas ni finales felices fáciles. Pero sí hay pequeñas verdades que te hacen pensar y que se quedan contigo. Me hizo reír, me hizo sentir incómoda, y también me hizo pensar en lo que dejamos atrás cuando nos vamos… y en lo que a veces no podemos soltar.

Si buscas una historia real, con un humor un poco ácido y ese toque británico que te hace sonreír incluso cuando las cosas están difíciles, este libro es para ti.

«Asegúrate de tener dinero antes de volver aquí, Mairéad. Te querrán si tienes dinero. Fíjate en cómo se veneran a los ricos en este país, en cómo se les perdonan todos los pecados»
           
«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?



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«Los ecos del ayer» de Carmen Santos



Autora: Carmen Santos
Idioma: Castellano
Fecha de publicación: 22 de mayo 2025
Categoría: Ficción contemporánea
Editorial: Contraluz
Páginas: 328

Durante la cena de Nochebuena de 1970, Emiliano Quesada, un antiguo terrateniente, fallece atragantado mientras degusta su plato favorito. El percance hace que se extienda el rumor de que alguien ha echado a la familia un mal de ojo del que ningún miembro podrá salvarse. Años después, en la madrugada del 18 de diciembre de 1999, Isabel recibe una llamada: Santi, su hermano, ha fallecido atragantado esa noche durante la cena de Navidad de su trabajo. Esta noticia hunde a Isabel en una profunda depresión y reaviva su recuerdo del mal de ojo de los Quesada, en el que siempre se negó a creer. En 2001, cuando por fin ha logrado recuperarse de la depresión, Isabel recibirá una nueva llamada que volverá a desestabilizar todo su mundo: un abogado quiere comprar las tierras de la familia Quesada, de la que ella es ya la única propietaria. Incapaz de tomar una decisión, Isabel decide viajar una última vez a Albacete para ver sus tierras, en especial la casona solariega, a la que no había vuelto desde la muerte de su abuelo. Poco a poco irá descubriendo secretos familiares que habían permanecido cuidadosamente escondidos durante años... y volverá a toparse con la amenaza de la maldición de los Quesada mientras sale a relucir una y otra vez Pequeña flor, la melancólica canción que siempre tocaba su tío Saturnino al clarinete.

                                         

Carmen Santos (Valencia, 1958) vivió parte de su infancia y adolescencia en Alemania antes de regresar a España en 1974. Ha publicado hasta el momento siete novelas: "La vida en cuarto menguante", "La cara oculta de la luna", "Días de menta y canela", "El sueño de las Antillas", "Un jardín entre viñedos", "Flor de Arrabal" y "Las cosas de la melancolía" con gran éxito de crítica y lectores. Actualmente vive en Zaragoza. "Los ecos del ayer" es su última obra.



𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒉𝒂𝒚 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔, 𝒗𝒐𝒚 𝒂 𝒅𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒎í𝒂

𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒍𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒔𝒖𝒔𝒖𝒓𝒓𝒂𝒏 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒑𝒍𝒂𝒕𝒐𝒔 𝒗𝒂𝒄í𝒐𝒔 𝒚 𝒄𝒂𝒏𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒂𝒅𝒂𝒔…

Hay libros que no solo cuentan una historia, sino que huelen a sopa caliente, suenan a clarinete y arrastran el peso de generaciones. Los ecos del ayer, de Carmen Santos, es uno de esos libros que parecen hablarnos desde la cocina de una casa antigua, mientras la lluvia golpea los cristales y el pasado nos observa desde una silla vacía.

Todo comienza con una cena. Una Nochebuena de 1970. Emiliano Quesada, el patriarca, el hombre que parecía tenerlo todo bajo control, muere de forma absurda: atragantado. Y con él, nace el rumor, ese que solo necesita una chispa para prender: la maldición de los Quesada.

Isabel, su nieta, nunca creyó en esas cosas. Al menos no hasta que, décadas después, su hermano muere exactamente del mismo modo, en la misma fecha. Y entonces todo lo que parecía superstición empieza a doler como una verdad.

Con una escritura envolvente y pausada, Carmen Santos nos lleva a través de los años, de Madrid a Albacete, de la incredulidad al desconcierto, del duelo al descubrimiento. Isabel, rota pero resiliente, regresa a las tierras familiares y a esa vieja casona que guarda más secretos que fotografías en sus cajones. Allí, entre rincones polvorientos y recuerdos afilados, irá desenredando una madeja de traiciones, silencios y pactos de los que nadie quiso hablar.

«Hubo quien echó la culpa al mal de ojo. Los maleficios tienen esas cosas»

Y mientras todo se revela, una canción suena como un eco lejano: “Pequeña flor”, ese clarinete melancólico que suena como el alma de la novela. Porque esta historia es eso: una melodía triste y hermosa que atraviesa generaciones.

Los ecos del ayer no es solo una novela sobre una familia marcada por una supuesta maldición. Es un viaje emocional hacia lo que fuimos, lo que nos ocultaron y lo que aún duele sin saber muy bien por qué. Es una historia de mujeres que reconstruyen lo que el tiempo y el miedo intentaron borrar.

                                            

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔: 

Este libro me atrapó sin aspavientos, como quien entra a una casa familiar después de años sin pisarla. Tiene ese ritmo tranquilo que esconde intensidad, como la mirada de alguien que ha vivido más de lo que cuenta. La historia de los Quesada me recordó que todos tenemos legados que nos pesan, nombres que ya no decimos, canciones que suenan sin que nadie las toque. 

Y Carmen Santos sabe narrar eso: la nostalgia, la sospecha, la herencia emocional. Me quedo con la atmósfera, con esa casona que parece respirar, con Isabel, que se atreve a mirar donde nadie quiso, y con el clarinete de su tío Saturnino, que parece tocar solo para los fantasmas.

«¿De verdad crees que este malefício solo existe en nuestras cabezas?» 

«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?







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«El origen de las lágrimas» de Jean-Paul Dubois



Autor: Jean-Paul Dubois
Traducción: Elia Maqueda López
Fecha de publicación: 8 de mayo de 2025
Género: Ficción Contemporánea
Editorial: AdNovelas
Páginas: 248 

Paul ha hecho algo irreparable: ha matado a su padre. Solo que, cuando se decidió a perpetrar el acto, Thomas Lanski ya había muerto..., de muerte natural. Hará falta nada más y nada menos que un año de terapia obligatoria para desentrañar las circunstancias que condujeron a Paul a cometer este parricidio del que no es el verdadero autor. El origen de las lágrimas es el relato que Paul confía a su psiquiatra: la historia de un hombre herido que profesa un odio obsesivo a su progenitor por haber hecho sufrir a su esposa y a su hijo durante toda la vida. El aprendizaje de la venganza, en cierto modo. Con una mezcla de humor y de melancolía, esta novela puede leerse como una comedia negra o como un drama burlesco. O las dos cosas a la vez.

                                       


Jean-Paul Dubois nació en 1950 en Toulouse. Ganador del premio Femina y del premio de novela Fnac por "Una vida francesa", fue galardonado con el premio Goncourt en 2019 por la obra "No todos los hombres habitan el mundo de la misma manera".

                                      

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía.

Hay libros que no empiezan con una muerte… sino con un asesinato frustrado. Y no uno cualquiera: el de un padre. Solo que, cuando Paul llegó a cometer su acto de rebelión definitiva, Thomas Lanski, ese hombre que le arruinó la infancia, que hizo llorar a su madre, que dejó cicatrices invisibles en su alma, ya estaba muerto. De forma natural. Como si la vida le hubiera robado incluso el derecho a vengarse.

Con esta premisa tan explosiva arranca El origen de las lágrimas, una novela tan absurda como humana, tan punzante como divertida. Jean-Paul Dubois no nos entrega un thriller ni un drama psicológico convencional. No. Lo que hace es abrir una grieta en el corazón de un hombre y dejar que fluya todo lo que hay dentro: frustración, humor negro, recuerdos, resentimientos… y sí, también lágrimas.

Paul no es un héroe. Es un hombre quebrado. Alguien que arrastra traumas mal resueltos y que se sienta en el diván de su psiquiatra para contar su historia como quien lanza botellas al mar. Y entre anécdotas disparatadas, momentos de ternura casi escondida y ataques de sarcasmo, vamos entendiendo algo: no es solo la historia de un parricidio simbólico, sino la crónica de una infancia vivida a la sombra de un tirano doméstico.

«He aquí los hechos. Soy yo, su hijo Paul, quien, esta noche, ha matado a Lanski. Quince días después de su muerte» 

Dubois tiene una prosa afilada, irónica, pero profundamente empática. Lo suyo no es el juicio, sino la observación sagaz del ser humano y sus contradicciones. Aquí no hay villanos de manual ni redenciones forzadas. Hay dolor. Pero también hay una forma de humor que permite respirar entre golpe y golpe.

El origen de las lágrimas es una novela rara y preciosa. Incómoda, sí. Pero con ese tipo de incomodidad que remueve algo adentro. Es como una tragicomedia a la francesa, donde las emociones se entrecruzan y te dejan con una sonrisa torcida… y con una punzada en el pecho.

¿𝑷𝒐𝒓 𝒒𝒖é 𝒍𝒆𝒆𝒓𝒍𝒐?

Porque a veces necesitamos libros que no nos den respuestas fáciles, sino preguntas incómodas. Porque reír en medio de la tristeza es un acto de resistencia. Y porque todos, de un modo u otro, tenemos que aprender a matar fantasmas. Aunque ya estén muertos.

 
     

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔:  Este libro me desconcertó. Para bien.

No sabía si reírme de la ironía absurda de algunas escenas o si tragar saliva con las confesiones de Paul, tan crudas, tan humanas. El origen de las lágrimas no es un libro que se lea con ligereza, aunque tenga frases que parecen chistes. Es una de esas historias que se cuela despacio y, cuando te das cuenta, ya estás emocionalmente implicado.

Me gustó porque no va de redenciones dulces ni de venganzas épicas. Va de heridas que se heredan, de silencios que duelen más que los gritos y de padres que nunca deberían haberlo sido. Va de cómo un adulto sigue habitado por su niño roto. Y de cómo, a veces, uno se sienta en un sillón, frente a alguien que solo escucha, y empieza a entenderse a sí mismo.

¿Recomendaría este libro? Sí, si estás dispuesto a mirar en lo incómodo. Si te atrae ese humor que duele. Si te gusta la literatura que no subraya lo evidente, sino que deja que lo descubras tú, a tu ritmo, con tu historia.

Yo terminé el libro con una sensación extraña: no de alivio, pero sí de haber acompañado a alguien real, como si Paul fuese más que un personaje. Como si, en el fondo, todos tuviéramos algo que contar desde nuestro propio diván.

«¿Demasiadas cosas que olvidar, demasiados animales a los que callar. Demasiadas bolsas que soldar?»

«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

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«El libro secreto de Flora Lea» de Patti Callahan Henry


Autora: Patti Callahan Henry
Traducción: Puerto Barruetabeña
Fecha de publicación: 9 de abril de2025
Categoría: Ficción contemporánea
Editorial: Maeva
Páginas: 472

Una hermana desaparecida, un misterioso cuento, una novela mágica sobre el poder de las historias En el Londres de 1939, Hazel, de catorce años, y Flora, de cinco, son evacuadas a una zona rural para escapar de la Segunda Guerra Mundial. Hazel llena de historias los días de su hermana pequeña, e inventa un universo secreto e imaginario al que pueden escapar. Cuando Flora desaparece de repente, Hazel arrastra la culpa hasta la edad adulta. Veinte años después, su ordenada vida da un vuelco cuando cae en sus manos un libro titulado igual que el mundo que había imaginado para Flora, y que solo conocían ellas dos.

                                         



Patti Callahan Henry es la autora de varios best seller del The New York Times y USA Today. Ha recibido el premio Christy, el premio Harper Lee al escritor distinguido del año de Alabama y el del libro del año de la Asociación de Bibliotecas de Alabama. Es copresentadora y cocreadora de un popular podcast y de un programa web semanal: Friends and Fiction.




𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒉𝒂𝒚 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔, 𝒗𝒐𝒚 𝒂 𝒅𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒎í𝒂 

𝑼𝒏 𝒍𝒊𝒃𝒓𝒐 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒆𝒔 𝒆𝒔𝒄𝒖𝒅𝒐, 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒏𝒛𝒂 𝒚 𝒄𝒖𝒓𝒂

Cuando eres niño y el mundo se rompe a tu alrededor, no tienes más que una cosa para salvarte: la fantasía. Y eso es lo que hace Hazel. En un Londres golpeado por la guerra, con solo catorce años y a cargo de su hermana pequeña, se inventa un refugio con palabras, una tierra mágica a la que ambas pueden huir: Whisperwood. Pero un día, Flora desaparece… y la magia parece apagarse para siempre.

Veinte años después, Hazel vive con el peso de la culpa, convencida de que el cuento no fue suficiente. Hasta que un día, en la librería donde trabaja, aparece un manuscrito. No cualquier manuscrito: El libro secreto de Flora Lea. Un nombre, un universo que solo dos personas conocían. ¿Es posible que Flora siga viva?

«Así que crees que vuestro lugar secreto, vuestro mundo fantástico, la tierra de cuento que compartíais fue la que te arrebató a Flora»

𝑷á𝒈𝒊𝒏𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒖𝒆𝒍𝒆𝒏 𝒂 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐, 𝒂 𝒔𝒖𝒔𝒖𝒓𝒓𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒃𝒐𝒔𝒒𝒖𝒆

Patti Callahan Henry construye una historia con dos capas: una, la del trauma y la pérdida. Otra, la del consuelo que ofrecen los cuentos, la literatura, la belleza. Leer esta novela es caminar con Hazel por los pasillos de su memoria, es escuchar el eco de un cuento infantil que nunca fue del todo ficción.

Y lo mágico es que lo que podría parecer un relato trágico se convierte en una carta de amor a los libros. A ese poder silencioso que tienen para mantener viva la esperanza incluso cuando todo lo demás se ha desmoronado.

                                            

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔: 

Este libro me emocionó de una forma muy concreta: me hizo recordar qué era leer cuando era niña. Me recordó que las historias no son solo distracción. Son hogar. Son bálsamo. Son el lugar al que acudimos cuando la realidad aprieta demasiado.

Hazel me pareció un personaje entrañable, complejo, tan humano. La autora logra hablar del duelo sin dramatismos, de la culpa sin morbo, y del amor entre hermanas con una delicadeza conmovedora.

Lo terminé con lágrimas en los ojos, pero no de tristeza, sino de esa emoción serena que te queda cuando un libro ha dicho algo importante. Algo que no sabías que necesitabas escuchar.

Si alguna vez encontraste consuelo en una historia, si alguna vez inventaste un mundo para sobrevivir al tuyo… este libro es para ti.

«¿Te acuerdas de que Flora y yo inventábamos cuentos?» 

«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?







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