Autor: Javier SachezIdioma: EspañolGénero: Terror / Domestic NoirEditorial: Octubre Negro EdicionesPáginas: 268
𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒉𝒂𝒚 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔, 𝒗𝒐𝒚 𝒂 𝒅𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒎í𝒂
En Cándidas Bestias, Javier Sachez nos invita a descender por una maraña de raíces retorcidas y secretos ancestrales, a un lugar donde lo salvaje y lo civilizado colisionan con la intensidad de un drama barroco. La trama se despliega con el sigilo de un depredador: niñas atacadas en la penumbra de una aldea de montaña, un misterio que huele a madera podrida y supersticiones, y una joven forastera que debe enfrentarse no solo a la lógica de un crimen, sino a los ecos primigenios de una comunidad atrapada entre la realidad y el mito.
«Existen lugares en este mundo que son como de otro mundo»
La atmósfera que Sachez construye es opresiva y deslumbrante a partes iguales. Cada página parece impregnada de la humedad del bosque, de la sombra de las higueras muertas que no solo esconden secretos, sino que parecen susurrar conspiraciones al oído. El autor dota a sus escenarios de un alma que respira y se mueve, transformando a la aldea en un personaje más, cruel y protector, ferozmente arraigado en el pasado.
El Machu Lanú, esa figura mítica que las ancianas evocan con miradas esquivas y oraciones a medio terminar, actúa como una alegoría del miedo colectivo, de la necesidad de dar forma a lo inexplicable. Pero Sachez no se conforma con una fábula de tintes rurales: la llegada de la hija del hombre adinerado, que aquí encarna al forastero no solo en geografía, sino en espíritu, complica el tejido narrativo con un sutil juego de certezas e incertidumbres. ¿Es ella la salvadora que la aldea necesita o simplemente otra pieza en un rompecabezas inhumano?
«Las huellas que encontró pertenecían a un animal que había imprimido dos pezuñas en la tierra húmeda»
La obra, como las mejores historias, se enreda en la contradicción: 𝒍𝒂𝒔 𝒄á𝒏𝒅𝒊𝒅𝒂𝒔 𝒃𝒆𝒔𝒕𝒊𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒕í𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒑𝒐𝒅𝒓í𝒂𝒏 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒐𝒔 𝒂𝒏𝒊𝒎𝒂𝒍𝒆𝒔 𝒔𝒂𝒍𝒗𝒂𝒋𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒄𝒆𝒄𝒉𝒂𝒏 𝒅𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒆𝒍 𝒃𝒐𝒔𝒒𝒖𝒆, 𝒍𝒐𝒔 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒅𝒆𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒇𝒂𝒄𝒉𝒂𝒅𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒇𝒂𝒍𝒔𝒂 𝒄𝒊𝒗𝒊𝒍𝒊𝒛𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒐 𝒊𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒐 𝒍𝒂𝒔 𝒏𝒊ñ𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒂𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝒂𝒍𝒈𝒐 𝒎á𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 𝒅𝒆𝒏𝒕𝒂𝒍. Cada página se convierte en un dilema moral, en un juicio sin veredicto.
Sachez escribe con una prosa densa y rica, que se arremolina alrededor del lector como una tormenta de palabras. Su estilo tiene cierta teatralidad, ese deleite por las descripciones que pintan cuadros sombríos y poéticos a la vez, y por personajes que parecen sacados de un fresco renacentista: a un tiempo grotescos y fascinantes, humanos e irreales.
«El terror más puro se apoderó de aquellas almas simples que no entendían siquiera el origen del rayo»
Cuando la aldea se prepara para la visita del Rey Alfonso XIII, la trama alcanza su clímax, y la sensación de urgencia palpita en el aire como un tambor lejano. El desenlace, impredecible y perturbador, nos deja reflexionando sobre 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒂𝒃𝒊𝒕𝒂𝒏 𝒅𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒚 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔.
Y para los que adoramos los detalles literarios: ¡uno de los personajes es de Vultimaco, el pueblo que sirvió de inspiración para Hija Vieja! Y claro, no pude evitar emocionarme recordando lo mucho que disfruté aquella novela. Fue como volver a casa... pero a una casa llena de intrigas y misterios.
En definitiva, Cándidas Bestias es un viaje literario oscuro y envolvente a Las Hurdes, una exploración del alma humana a través de sus miedos más primitivos y de su obstinada capacidad para creer en lo imposible. Una novela que, como las leyendas que la inspiran, se quedará a vivir en nuestra memoria, susurrándonos verdades incómodas en el silencio de la noche.
«La joven concluyó que el hilo de las sospechas conformaban una línea de evolución, un viaje en las etapas de la propia humanidad: la naturaleza palpable y cercana, la mitología en el pensamiento mágico de los hombres y, por último, la realidad.»
«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»
#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?
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