«Inventario de frutas y verduras» de Virginie Aladjidi y Emmanuelle Tchoukriel



AutorasVirginie Aladjidi y Emmanuelle Tchoukriel
Traducción: Pedro Á. Almeida
Publicación: 1 de mayo de 20169
Género: Divulgación / Inventarios Ilustrados/ A partir de 6 años
Editorial: Kalandraka
Páginas: 80


Un centenar de plantas comestibles reunidas en un hermoso catálogo vegetal para poner en valor la biodiversidad, la sostenibilidad y la alimentación saludable.

“Inventario ilustrado de frutas y verduras” reúne un centenar de deliciosos y nutritivos bocados: plantas comestibles que se pueden tomar crudas o cocinadas. Frutos, tallos, bulbos, raíces, semillas, hojas, flores… incluso productos -como tés, cafés, mermeladas o chocolates- que se obtienen a partir de sus materias primas. Tampoco faltan especias, hongos y algas. Los hay tan comunes como las uvas o las patatas, tan exóticos como la carambola, o con nombres tan sugerentes como la aguja de oro. Esta obra, bajo la supervisión científica de la doctora ingeniera agrónoma Paule Lacroix, permite distinguir entre el concepto botánico de la planta y el término culinario que surge de su elaboración para el consumo humano. Y sobre todo, contribuye a poner en valor la biodiversidad, la sostenibilidad y la alimentación saludable.

Agrupadas por colores, las frutas y verduras de este hermoso inventario muestran representaciones muy variadas: asociadas a la flor de la que proceden, en su medio natural o ya cosechadas, enteras o troceadas… Incluso la presencia de insectos como las indispensables abejas, aves, reptiles y pequeños herbívoros ayudan a contextualizar esta selección vegetal en su espacio.

                                       

Virginie Aladjidi

Durante años ha trabajado en revistas juveniles y editoriales. Actualmente se dedica a crear colecciones de libros y textos en colaboración con Caroline Pellissier. http://virginiealadjidi.blogspot.com

Emmanuelle Tchoukriel

Ha estudiado Artes Aplicadas, ampliando su formación en el ámbito de la comunicación visual antes de ingresar en la Escuela Estienne de París y especiali-zarse en ilustración médica y científica. http://tchouk-tchouk.blogspot.com

                                      

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía. 

La primera vez que abrí Inventario ilustrado de frutas y verduras sentí que me había colado en el cuaderno de un botánico con alma de artista. Virginie Aladjidi y Emmanuelle Tchoukriel no solo recopilan un centenar de frutas, verduras, raíces, semillas y hasta hongos, sino que lo hacen con una elegancia que haría suspirar a cualquier amante de la naturaleza o chef con alma de coleccionista.

Cada página es un pequeño museo de biodiversidad: calabazas que parecen posar para una naturaleza muerta, vainas de vainilla que se balancean con elegancia entre hojas y flores, y frutas tan exóticas que casi necesitas pasaporte para conocerlas. Todo está ilustrado con un nivel de detalle que hipnotiza y acompañado de textos que combinan ciencia y curiosidad con una ligereza deliciosa, sin caer nunca en el tono de un manual escolar.

El libro, además, tiene ese toque simple que te recuerda que comer es también una forma de cuidar el planeta. Y que detrás de una simple patata o un racimo de uvas hay una historia de sostenibilidad, agricultura y belleza natural.

Ideal para jóvenes a partir de seis años, y para cualquier adulto con curiosidad por el mundo vegetal, este libro ilustrado es una puerta preciosa a la biodiversidad y una invitación a mirar lo cotidiano con asombro.

Eso sí, aviso: tras leerlo, es posible que empieces a mirar tu nevera con otros ojos (y cierto sentimiento de culpa si lo único verde que tienes es el imán del supermercado).

                                           


Aquí va mi opinión personal, sin filtros:

Este libro me ha encantado. Es uno de libros que se hojean con calma, como quien recorre un jardín botánico sin prisa. Las ilustraciones de Tchoukriel son una joya: limpias, delicadas, y con un estilo que parece mezclar la precisión científica con la nostalgia de los cuadernos antiguos.

Además, me ha hecho sonreír más de una vez. Hay algo divertido en descubrir frutas que no sabías que existían y en pensar que las verduras que antes te parecían aburridas pueden ser protagonistas de un catálogo tan bonito.

No es un libro para leer de una sentada, sino para disfrutar a sorbos, como un té bien hecho. Ideal para curiosos, amantes de la naturaleza o para quienes creen que una berenjena también puede ser una obra de arte.

En resumen: un libro que entra por los ojos, despierta la curiosidad y te deja con hambre de aprender más.

«¡Bienvenido al mundo de las plantas, o, más ampliamente, al mundo de los vegetales!»
           
«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?

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