Autora: Hannah DeitchTraducción: Teresa Lanero Ladrón de GuevaraPublicación: 4 de septiembre de 2025Género: Ficción Contemporánea / ThrillerEditorial: AdNPáginas: 347
Si alguna vez has sentido que hiciste todo “bien” y aun así la vida te pasó por encima, Potencial asesino te va a tocar la fibra. Con sangre, ironía y una protagonista que podría ser tu amiga o tu peor pesadilla. Y no porque sea solo un thriller (que lo es, y muy bueno), sino porque detrás del suspense hay una crítica afilada, una ironía brutal y una protagonista que es un cóctel explosivo de ambición, frustración y caos.
Evie Gordon era la típica chica brillante, la que lo hacía todo bien, la que creía que la excelencia era el pasaporte directo al éxito. Pero la vida —y el capitalismo salvaje— tenían otros planes. Acaba con deudas, trabajando como tutora de niños ricos en Los Ángeles, y preguntándose en qué momento su “gran futuro” se torció.
Y cuando parece que su vida no puede complicarse más, entra a una mansión y se topa con una escena de crimen salida de un true crime. A partir de ahí, todo se desmadra: Evie pasa de testigo a fugitiva, con una mujer misteriosa como única aliada y el país entero viéndola como una asesina en serie.
Lo mejor de todo es cómo Hannah Deitch convierte esta huida por carretera en una montaña rusa emocional. Hay tensión, sí, pero también humor negro, momentos de ternura y una historia queer preciosa que se abre paso entre el caos. Es una mezcla de Killing Eve, Gone Girl y un meme sobre lo imposible que es pagar el alquiler sin vender el alma.
Más allá de la trama (que engancha como pocas), Potencial asesino habla de lo que pasa cuando nos creemos el mito del “si te esfuerzas, lo conseguirás”. De cómo el sistema exprime incluso a los que hacen todo “bien”. Y de cómo, a veces, solo cuando todo se derrumba, aparece la posibilidad de ser realmente alguien, aunque sea una fugitiva buscada a nivel nacional.
He devorado este libro. Y no solo porque el ritmo sea de infarto, sino porque debajo del suspense hay verdad. Evie me ha hecho retorcerme en el sofá, gritar y decir “ay, amiga, te entiendo demasiado”. Esa presión constante por ser alguien, por destacar, por no fallar… y luego ver cómo el mundo real te da una bofetada.
La historia es adictiva, sarcástica y con un punto de mala leche que me encanta. Hannah Deitch no se corta: se ríe de los gurús del éxito, de la meritocracia y de los titulares sensacionalistas. Pero lo hace con inteligencia y empatía, sin sermones.
Y luego está la relación entre Evie y su compañera, intensa, torpe, dulce, peligrosa, que añade una capa emocional preciosa a toda la locura. Unas Bonnie y Bonnie de la era de los memes y la ansiedad existencial, donde el amor también se convierte en un acto de supervivencia.
Cuando terminé el libro, tuve que quedarme un rato mirando la pared y pensando en cuántas Evies conozco. Y en cuántas veces todos hemos sentido que el sistema está hecho para que, hagas lo que hagas, pierdas.
Un thriller diferente, con alma, con crítica, con rabia y con mucho corazón.
«La violencia habita en nosotros. Para invocarla solo hace falta abrir la puerta»
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