Autor: Joseph RothTraducción: Alberto GordoIlustración: Arturo GarridoGénero: CuentosEditorial: Páginas de EspumaPáginas: 364
Joseph Roth (Brody, 2 de septiembre de 1894 - París, 27 de mayo de 1939) fue un novelista y periodista austríaco de origen judío. Escribió Fuga sin fin, La leyenda del santo bebedor, La cripta de los capuchinos o La rebelión. Su obra más conocida es La marcha Radetzky, que describe el ocaso del Imperio austrohúngaro. Considerado uno de los mayores escritores centroeuropeos del siglo xx, formó parte de la literatura del exilio provocado por el nazismo. Gozó de gran éxito en vida y su obra fue ampliamente reconocida también de forma póstuma.
𝑱𝒐𝒔𝒆𝒑𝒉 𝑹𝒐𝒕𝒉: 𝒆𝒍 𝒓𝒐𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 é𝒑𝒐𝒄𝒂 𝒆𝒏 𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒏𝒖𝒆𝒗𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔
Hay autores que no solo narran historias, sino que retratan el espíritu de su tiempo. Joseph Roth fue uno de ellos. Con Cuentos completos, tenemos entre manos no solo una joya literaria, sino una cápsula del alma centroeuropea del siglo XX, entre imperios que se desmoronan y nostalgias que aún arden bajo la piel de los que recuerdan.
Este volumen, cuidadosamente traducido por Alberto Gordo y con bellas ilustraciones de Arturo Garrido, es un homenaje y un rescate. Reúne diecinueve relatos que atraviesan casi toda la vida literaria de Roth: desde El alumno aventajado, escrito cuando apenas tenía 22 años, hasta El Leviatán o La leyenda del santo bebedor, su cuento más celebrado, publicado poco antes de morir en 1939.
Leer estos cuentos es como abrir una ventana a la vieja Europa, la de los cafés vieneses y los trenes que cruzaban países que ya no existen. Roth escribe con una mezcla perfecta de sencillez y profundidad. Su estilo es como un bisturí afilado: breve, preciso, cortante… y, sin embargo, profundamente humano. Hay en sus páginas funcionarios cansados, bebedores melancólicos, soldados sin guerra, patrias perdidas, sueños truncados, milagros discretos y fe que sobrevive en la miseria.
Uno de los relatos más poderosos es El busto del emperador, donde el recuerdo del Imperio Austrohúngaro se convierte en símbolo de un mundo que se resiste a morir del todo. Y luego está Mendel, el aguador. Un fragmento una pequeña pieza desconocida hasta ahora en castellano, que brilla por su humanidad silenciosa. Roth no necesita grandes fuegos artificiales para conmover. Solo necesita una frase bien dicha, una mirada perdida, una ciudad al fondo.«En la antigua Galitzia Oriental, en lo que hoy es Polonia, muy lejos de la única ruta ferroviaria que conectaba Przemysl con Brody, está la aldea de Lapatyny, de la cual me propongo a contar a continuación una curiosa historia»
La edición no solo se siente como un acto de justicia literaria, sino como una invitación a detenernos, a leer con pausa, como se leía antes. Las ilustraciones de Garrido acompañan con un trazo elegante, y las tres piezas de no ficción incluidas (una carta y dos artículos) nos dejan entrever la mirada del autor sobre su oficio: “Yo dibujo el rostro de la época”, decía. Y eso hace, con dolor, con ironía, con lirismo.
Si nunca has leído a Roth, este libro es una puerta perfecta. Si ya lo conoces, es un reencuentro íntimo y necesario. Porque en cada cuento suyo hay una melancolía que no caduca, una verdad que sigue resonando, y una voz que, aunque se escribió hace casi un siglo, sigue diciéndonos algo hoy.
Recomendado para:
- Quienes aman la literatura que nace del desarraigo.
- Lectores de Zweig, Kafka o Musil.
- Amantes de los relatos que caben en pocas páginas pero se quedan para siempre.
«Mendel era un aguador judío. Vivía en una pequeña ciudad de Galitzia, junto a la frontera rusa»
«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»
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