«La habitación alemana» de Carla Maliandi



Autora:Carla Maliandi
Idioma: Castellano
Publiación: 2 de octubre 2024
Género: Ficción Contemporánea
Editorial: Barrett
Páginas160

La habitación alemana consigue contar, con extrañeza y distanciamiento, la historia de un personaje paralizado en un paréntesis en su vida. La protagonista, una treintañera de la cual desconocemos su nombre, viaja a Heidelberg, ciudad cargada de recuerdos familiares y ecos del pasado, y allí se enfrenta a situaciones tan absurdas como trágicas, sin lograr entender su propio papel dentro de ellas, hasta un final extraño a la vez que inolvidable. Este es el extraordinario debut de Carla Maliandi, una «novela de no aprendizaje», sin moraleja ni crecimiento personal (porque tú también odias los libros de autoayuda, ¿verdad?). «La habitación alemana fue un disfrute mientras la escribía. Escribir sin pensar en publicar es una bendición».

                                       
La argentina Carla Maliandi (1976) es dramaturga, escritora, directora teatral y docente. Cursó grado y posgrado de Actuación en la Universidad Nacional de las Artes, en Buenos Aires. Su primera novela, La habitación alemana, nació en talleres literarios impartidos por Julián López y Selva Almada. Fue publicada originalmente en su país por la editorial Mardulce en 2017, ha sido traducida al inglés, francés, alemán, portugués, se han vendido sus derechos cinematográficos y fue nominada para el Premio Liberaturpreis de la Feria del Libro de Frankfurt. Su segunda novela, La estirpe (Random House, 2021), fue una de las finalistas del Premio Fundación Medifé Filba y también se va a traducir al inglés y al portugués. Como dramaturga ha escrito y dirigido siete obras y ha participado en múltiples festivales a nivel nacional e internacional. Actualmente es profesora de escritura en la Universidad Nacional de las Artes.

                                      
Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía. 

Hay libros que no vienen con lecciones de vida ni frases de taza motivacional, y menos mal. La habitación alemana es de esos: una historia que no quiere ser terapia ni manual de autoayuda (¡gracias, Carla, por ese regalo!), sino un viaje extraño y magnético que se lee casi de un tirón.

Aquí seguimos a una protagonista sin nombre, y eso ya dice mucho, una treintañera que huye de su vida en Buenos Aires y se planta en Heidelberg, ciudad de su infancia. ¿Con qué se encuentra? Con un edificio de habitaciones baratas, personajes rarunos que entran y salen, y la incomodidad de estar en un sitio que no acaba de ser suyo. 

Lo curioso es que mientras lees no esperas moralejas, pero sin querer te descubres pensando en tus propias fugas, en esos momentos en los que todos quisiéramos pulsar el botón de reset. A veces la narración es tan gris como un invierno alemán, otras veces surrealista, casi absurda, y en otras hasta cómica. Esa mezcla es lo que hace que no quieras soltarlo. 

Carla Maliandi escribe con una voz honesta, que no busca adornos innecesarios. Y eso engancha. Es como si te sentaras a escuchar a una amiga que te cuenta algo raro que le pasó… y de pronto te das cuenta de que estás metidísimo en su relato. 

                                           

Aquí va mi opinión personal, sin filtros:

Esta novela me atrapó porque no promete nada y, sin embargo, lo da todo. No busca enseñarte, pero te remueve. Es rara, áspera, humana y muy, muy adictiva. Yo no sé si la protagonista encontró respuestas en Heidelberg, pero yo encontré una lectura de esas que se quedan rondando en la cabeza y que vuelves a recordar en momentos insospechados.

Quizá, y lo digo con un “quizá” muy grande, el único “pero” que algunos lectores podrían ponerle es que está escrita en argentino. Hay quien puede sentirse algo incómodo o incluso cansado con ciertos giros idiomáticos. A mí, en cambio, me ocurrió lo contrario: ese detalle me metió aún más en la historia. Sentí que la voz de la narradora era completamente real, como si estuviera leyendo una carta escrita solo para mí. Esa cercanía, ese tono íntimo y directo, hizo que la lectura me resultara todavía más verosímil y emocionante.

Y ese final… ¡ay, ese final! Tan inesperado, tan poco convencional, que no lo vi venir, pero cuanto más lo pienso, más creo que no podía haber otro mejor. O quizá sí… 

En definitiva, La habitación alemana no es una historia que busque moralejas ni grandes respuestas, pero sí es una experiencia literaria honesta y profundamente humana.

«No existe mejor cosa en el mundo en este momento que la soledad de mi cuarto alquilado, mi guarida europea sin lujos pero llena de confort, los fuertes postigos de la ventana, el edredón blanco, la almohada impecable»
           
«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?

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