«Cuentos Completos» de Joseph Roth



Autor: Joseph Roth
Traducción: Alberto Gordo
Ilustración: Arturo Garrido
Género: Cuentos
Páginas: 364 


En apenas dos décadas, Joseph Roth (1894-1939), uno de los escritores en lengua alemana más importantes del siglo xx, diseminó su talento en periódicos y revistas, en centenares de artículos, en novelas canónicas como La marcha Radetzky y Job, y en cuentos magistrales como los que presenta esta edición única en castellano. El volumen incluye las diecinueve narraciones que han llegado hasta nosotros del gran escritor austrohúngaro, entre las que hay varias inéditas en castellano y otras tantas clásicas, en una nueva traducción. De «El alumno aventajado», su primer cuento publicado en 1916, a «La leyenda del santo bebedor», pasando por «El Leviatán», la última parábola de Roth, o «El busto del emperador», su hermoso y melancólico homenaje al imperio perdido. El lector podrá descubrir también cuentos y fragmentos asombrosos, hasta ahora desconocidos, como «Mendel, el aguador», «Carrera» o «La casa rica de enfrente». Y ofrecemos tres piezas de no ficción –una carta y dos artículos– en las que Roth, cosa rara en él, enunció su manera de entender la literatura. Como le dijo a su colega Benno Reifenberg: «Yo dibujo el rostro de la época». La traducción de Alberto Gordo hace justicia al peculiar ritmo de la prosa de Joseph Roth, que dijo de sí mismo: «Solo sé escribir bien y rápido». De ahí lo afilado de su prosa, a veces telegráfica, siempre precisa, a menudo sin ornamentos, pero capaz del lirismo más puro y conmovedor.


                                       


Joseph Roth (Brody, 2 de septiembre de 1894 - París, 27 de mayo de 1939) fue un novelista y periodista austríaco de origen judío. Escribió Fuga sin fin, La leyenda del santo bebedor, La cripta de los capuchinos o La rebelión. Su obra más conocida es La marcha Radetzky, que describe el ocaso del Imperio austrohúngaro. Considerado uno de los mayores escritores centroeuropeos del siglo xx, formó parte de la literatura del exilio provocado por el nazismo. Gozó de gran éxito en vida y su obra fue ampliamente reconocida también de forma póstuma.


                                      

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía.

𝑱𝒐𝒔𝒆𝒑𝒉 𝑹𝒐𝒕𝒉: 𝒆𝒍 𝒓𝒐𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 é𝒑𝒐𝒄𝒂 𝒆𝒏 𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒏𝒖𝒆𝒗𝒆 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔

Hay autores que no solo narran historias, sino que retratan el espíritu de su tiempo. Joseph Roth fue uno de ellos. Con Cuentos completos, tenemos entre manos no solo una joya literaria, sino una cápsula del alma centroeuropea del siglo XX, entre imperios que se desmoronan y nostalgias que aún arden bajo la piel de los que recuerdan.

Este volumen, cuidadosamente traducido por Alberto Gordo y con bellas ilustraciones de Arturo Garrido, es un homenaje y un rescate. Reúne diecinueve relatos que atraviesan casi toda la vida literaria de Roth: desde El alumno aventajado, escrito cuando apenas tenía 22 años, hasta El Leviatán o La leyenda del santo bebedor, su cuento más celebrado, publicado poco antes de morir en 1939.

Leer estos cuentos es como abrir una ventana a la vieja Europa, la de los cafés vieneses y los trenes que cruzaban países que ya no existen. Roth escribe con una mezcla perfecta de sencillez y profundidad. Su estilo es como un bisturí afilado: breve, preciso, cortante… y, sin embargo, profundamente humano. Hay en sus páginas funcionarios cansados, bebedores melancólicos, soldados sin guerra, patrias perdidas, sueños truncados, milagros discretos y fe que sobrevive en la miseria.

Uno de los relatos más poderosos es El busto del emperador, donde el recuerdo del Imperio Austrohúngaro se convierte en símbolo de un mundo que se resiste a morir del todo. Y luego está Mendel, el aguador. Un fragmento una pequeña pieza desconocida hasta ahora en castellano, que brilla por su humanidad silenciosa. Roth no necesita grandes fuegos artificiales para conmover. Solo necesita una frase bien dicha, una mirada perdida, una ciudad al fondo.

 «En la antigua Galitzia Oriental, en lo que hoy es Polonia, muy lejos de la única ruta ferroviaria que conectaba Przemysl con Brody, está la aldea de Lapatyny, de la cual me propongo a contar a continuación una curiosa historia»

La edición no solo se siente como un acto de justicia literaria, sino como una invitación a detenernos, a leer con pausa, como se leía antes. Las ilustraciones de Garrido acompañan con un trazo elegante, y las tres piezas de no ficción incluidas (una carta y dos artículos) nos dejan entrever la mirada del autor sobre su oficio: “Yo dibujo el rostro de la época”, decía. Y eso hace, con dolor, con ironía, con lirismo.

Si nunca has leído a Roth, este libro es una puerta perfecta. Si ya lo conoces, es un reencuentro íntimo y necesario. Porque en cada cuento suyo hay una melancolía que no caduca, una verdad que sigue resonando, y una voz que, aunque se escribió hace casi un siglo, sigue diciéndonos algo hoy.

Recomendado para:

  • Quienes aman la literatura que nace del desarraigo.
  • Lectores de Zweig, Kafka o Musil.
  • Amantes de los relatos que caben en pocas páginas pero se quedan para siempre.


     

𝑨𝒒𝒖í 𝒗𝒂 𝒎𝒊 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊ó𝒏 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍, 𝒔𝒊𝒏 𝒇𝒊𝒍𝒕𝒓𝒐𝒔: Leer los Cuentos completos de Joseph Roth ha sido como caminar por una ciudad antigua al atardecer: hay belleza, pero también una sombra larga que lo cubre todo. Me he sentido tocada por esa melancolía sutil que no busca compadecerse de nadie, sino simplemente mostrar las grietas del alma humana.

Roth tiene ese talento que admiro profundamente: contar mucho con muy poco. No necesita adornos ni fuegos artificiales. Su voz es sobria, a veces casi susurrada, pero cada palabra cae con el peso de lo esencial. Me ha conmovido más de una vez, especialmente con La leyenda del santo bebedor (ese final…), y El busto del emperador, que es pura nostalgia hecha literatura.

Lo que más valoro de esta edición es la sensación de tener entre manos no solo un libro, sino una pieza de historia. Leerlo es entender mejor un mundo que ya no existe, pero cuyas heridas siguen abiertas. Y, aunque a ratos sientes que todo está perdido, Roth siempre deja una rendija de esperanza, o al menos de ternura.

¿Es un libro para todos los públicos? Quizá no. Hay que leerlo con pausa, con la disposición de escuchar y no solo de avanzar. Pero si entras en su ritmo, Roth te atrapa y no te suelta.

Si eres de los que buscan libros que te dejen pensando días después de cerrarlos, este es uno de esos.

«Mendel era un aguador judío. Vivía en una pequeña ciudad de Galitzia, junto a la frontera rusa»

«𝑸𝒖𝒆 𝒅𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆. 𝑪𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒐𝒔 𝒍𝒍𝒆𝒗𝒂𝒓á 𝒂 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏»

#𝒚𝒐𝒍𝒆𝒐𝑵𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂, ¿𝒚 𝒕ú?



6 comentarios:

  1. Ja jeszcze nie poznałam Rotha więc może się skuszę.

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  2. Gracias por la reseña. Tomó nota. Te mando un beso.

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  3. hola
    que bueno que te haya gustado tanto este libro, a mi no me llama así que lo dejo pasar
    Gracias por la reseña
    Besotessssssssss

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  4. ¡Hola! Creo que podría gustarme pero posiblemente ahora mismo no me encuentre en el mejor momento para leerlo con la calma que se merece. Un besote :)

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  5. Hola, muchas gracias por tu recomendación, no conocía el libro, pero no es uno de los que suelo leer, por lo que creo que, en esta ocasión, lo voy a dejar pasar.

    Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.

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  6. Holaaaa
    No me suena, me alegra que te gustara.

    Un abrazote ;)

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