Autora: Sophie DivryTraducción: Íñigo JáureguiPublicación: 23 de junio de 2025Género: Ficción ContemporáneaEditorial: Nórdica LibrosPáginas: 432
Lo fascinante de Fantástica historia de amor es que nunca sabes del todo qué estás leyendo: ¿un thriller? ¿un romance? ¿un retrato de soledades? En realidad, es todo eso a la vez.
Sophie Divry juega a mezclar géneros, atmósferas y registros con una naturalidad sorprendente: empieza como un thriller con tintes científicos, sigue como una intriga social y termina siendo, sí, lo que promete el título, una historia de amor. Pero no de esas que se adivinan a kilómetros, sino de las que se construyen paso a paso, con silencios, resistencias y el vértigo de lo inesperado.
La trama se abre con dos hilos aparentemente inconexos. Por un lado, Bastien, inspector de trabajo en Lyon, investiga la muerte de un operario en una planta de tratamiento de residuos. Lo que parece un accidente se revela pronto como homicidio, y el hallazgo abre un abanico de sospechas sobre intereses ocultos y prácticas empresariales turbias.
Por otro lado, Maïa, periodista científica, viaja al CERN para cubrir un proyecto revolucionario: un cristal centelleador que podría transformar el futuro de la investigación nuclear. Sin embargo, lo que encuentra es un experimento fallido, un material convertido en amenaza, y la petición desesperada de su tía, física en el instituto, para deshacerse de aquello que nunca debió salir de los laboratorios.
Cuando ambos mundos colisionan, lo que surge no es solo el cruce de dos investigaciones, sino el encuentro entre dos personajes aparentemente opuestos: Bastien, un hombre marcado por la soledad y la rutina, y Maïa, una mujer que ha hecho de su independencia una coraza. El choque entre ellos no resulta inmediato ni previsible: es áspero, lleno de dudas, pero también profundamente humano.
Lo más fascinante de esta novela es cómo Divry logra que la tensión de un thriller científico conviva con la intimidad de una historia de amor. El suspense no desaparece, los intereses económicos, las conspiraciones y el misterio del cristal sostienen el pulso narrativo, pero en medio del peligro late una pregunta esencial: ¿qué pasa cuando alguien irrumpe en tu vida y la tambalea justo cuando habías aprendido a vivir en soledad?
El estilo de Divry es ágil, pero nunca superficial. La autora trenza diálogos tensos con descripciones precisas, alternando lo técnico con lo íntimo, lo colectivo con lo personal. Hay momentos que parecen sacados de un informe periodístico, y otros que rozan la confesión íntima. Esa oscilación es la que da a la novela su carácter único.
En definitiva, Fantástica historia de amor es mucho más que un thriller disfrazado de romance o una historia romántica envuelta en conspiraciones científicas. Es un relato sobre dos personas que se encuentran en medio del caos, y que descubren que la mayor revolución, más allá de la ciencia o la justicia, puede ser simplemente dejarse afectar por el otro.
Esta novela me atrapó porque lo tiene todo: ciencia, misterio, suspense… y una historia de amor que no se ve venir, pero que, cuando llega, golpea fuerte. Confieso que lo que más disfruté fue el choque de personalidades entre Bastien y Maïa: él, gris y metódico; ella, independiente hasta la terquedad. Y ver cómo, poco a poco, esas murallas se resquebrajan me pareció más emocionante que cualquier giro de la trama.
Me encantó cómo Sophie Divry maneja lo científico sin convertirlo en un muro inaccesible para el lector. Habla de cristales, experimentos y conspiraciones, sí, pero con un pulso narrativo que nunca te deja fuera. A ratos parece que estás leyendo un thriller a lo Michael Crichton; en otros, una novela intimista francesa. Y esa mezcla es un gustazo.
Si tengo que ponerle un “pero”, sería que en algunos pasajes la parte técnica puede hacerse un poco densa. Pero a mí eso me dio igual, porque lo importante, lo que se queda contigo, es el viaje de dos personajes que no esperaban encontrarse y que terminan descubriendo que quizá, solo quizá, no estaban tan condenados a la soledad como pensaban.
Lo terminé con esa sensación de haber leído algo distinto, de esos libros que no encajan del todo en una etiqueta y que por eso funcionan tan bien.
«Es una de las reglas básicas no llegar nunca el primero. El primero que llega a una fiesta es un perdedor»
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