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Autora: Anabel Samani Editorial: Autopublicado, 2018 |
Temática: Novela Negra
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Páginas: 292
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La vida
de Andrea ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Después de perder la vista
en un accidente, su familia deja España para irse a vivir a Estados Unidos. Y
Andrea sabe que ella es la razón de ese traslado. En medio de una mudanza
empañada por la nostalgia de todo lo que han abandonado, lo más emocionante
para Andrea y su hermana Sara es el extraño y sangriento crimen que tuvo lugar
en su nuevo hogar de Maine, una casa habitada por un gélido aire e impregnada
de un inquietante aroma que solo Andrea es capaz de percibir. Mientras intentan
adaptarse a su nueva vida, gracias en parte a la amistad que entablan con Sam y
Paul, los vecinos que viven al otro lado de la calle, Andrea y Sara se
convertirán en el epicentro de una serie de macabros accidentes. Y pronto
descubrirán que los antiguos propietarios dejaron en la casa algo más que el
recuerdo de un siniestro suceso: en el desván, dentro de un embalaje procedente
de Egipto, hay una pequeña y hermosa caja… vacía. Con su primera novela, Anabel
Samani, evoca el perfume de las clásicas historias de terror y misterio.
Para no perder la costumbre de seguir leyendo libros de
autores auto-publicados me animé por esta novela.
Si leéis la
sinopsis ya os puede dar una ligera idea de la trama que girará en torno a una
caja negra, brillante, y vacía.
Anabel
Samani debuta con un thriller de terror con ingredientes infalibles: una caja
vacía, unas gotas de Historia Antigua de Egipto, una familia que se traslada a
otro país, una niña invidente… En apenas trescientas páginas la atmósfera se hará
asfixiante y gélida y nos envolverá
entre susurros del más allá.
Esta novela
sigue una línea progresiva contando primero el suceso luctuoso que ocurrió
tiempo atrás en el número 212 de Sun River de Maine. Tras el traslado a esa misma casa
por parte de una familia española, con sus hijas menores de edad, comienza a
desarrollarse de nuevo pequeños fenómenos que irán in crescendo hasta convertirse
en un auténtico problema. Comienza por un frío helador y unos susurros
pregoneros que sólo escucha Andrea, la niña invidente. Con este cuadro de
fondo, Anabel va pintando en cada página una historia de terror "heladoramente" fascinante, muy al estilo Stephen King.
Al
principio la historia marcha lentamente, nos introduce con la suavidad de un
murmullo. Pero a mitad del libro, los sucesos se disparan. Nunca creí que iba a
desencadenarse de semejante manera, pues la escritora hace que nos confiemos en
la narración, y nos engaña tan vilmente que el final es impensable.
Con un
toque de Historia Antigua de Egipto, consigue una trama que encaja a la
perfección con una caja.
Otro
detalle que agradezco a la autora son los diálogos con notas de humor. El
sarcasmo y el humor negro, aunque estemos ante una novela de misterio y/o de
terror, no es fácil conseguirlo, pero es tan necesario como enganchar al lector
a las letras del autor.
La prosa es
limpia y ligera, fluye delante de nuestros ojos sin que sea necesario volver
otra vez a repasar lo leído. Lo digo porque me ha pasado, no sé si a vosotros
también.
En
resumidas cuentas, quiero que a través de esta reseña deis una oportunidad a
esta novela.
¿Habrá una segunda parte? Eso depende de la autora.
¿Habrá una segunda parte? Eso depende de la autora.
Os dejo la página web de Anabel Samani. Pasaros a echar un vistazo.
Y recuerda,
vigila los monstruos de la noche, no todos acechan desde el exterior. (Anabel
Samani).
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